Quién eres me preguntan,
y pienso, vaya prole ilusa,
si supieran, de ti mi musa,
de inefable hermosura...
Eres fuente de fuerza,
todo lo que me impulsa,
para seguir haciendo
aquello que me gusta.
Cómo la serenidad,
te veo como la causa
de mi dulce felicidad,
mi querida soledad.
Aunque me pese,
para conocerte
no tengo nada
válido que ofrecerte.
Para probarte todo esto,
que confíes requiero,
en esto que siento,
y sepas que te quiero.
En esto algo falla,
una que cosa falta,
y esas son agallas,
para dar la talla.
Me gana la batalla,
la mera desgana
dolorosa cual metralla
termino sin nada.
Viendo como te has ido
Te dedico, aquellas
miradas perdidas,
yendo hacia el olvido.
Quedando lo vivido, carente de sentido,
sin ningún motivo...
Solo recuerdo y vivo.
