Sin rumbo estable me fijo por meta llegar mas allá del vicio, aunque el camino no este cimentado procuro ocultar ese doloroso pasado, pero que inútil aquél intento de alejarme de esos estados, encontrándome de nuevo perdido entre cuellos y bocas, cayendo en cuentas que alegrías quedan pocas, tomando entre manos aquellos cuerpos embriagantes, propensos a enviciarte hasta que terminan por acabarte.
Tan alegre, tan cantante, tan hilarante, tan preocupante, tanto de poco y lleno de nada, sigues buscando en el fondo de aquellas la satisfacción que te quitaron los errores en forma de mujeres bellas y enajenadas.
Y mira a este caballero, guiñándole el ojo de manera sincera a cualquier camarera que suficiente tiene ya con la cara de esa fiera que está a la espera de seguir luchando día a día su guerra interna y así pueda dejar las puertas abiertas para recibir a un hombre que no sea cualquiera.
¿Qué perdón puede tener un indeciso, que se balancea en la cuerda floja del deseo y la obsesión? Teniendo en mente la visualización de que nunca encontrará la solución, que plantea la idealización de ese amor carroñero.
Teniendo en mente aquella idea del "tú y yo", estando solos, deslizando nuestros labios por aquellos cuellos de cristal, tomando entre dedos, discretos aperitivos de muerte crónica sabor a sal, sabiendo que nos queremos actuando descaradamente, pensando en no olvidarnos, recordamos lo dañado de nuestros mayores "te amo", prefiriendo ya no mostrarlos.
Piensa, piensa por favor no des tregua, aunque no estemos en mar, distancia de varias leguas para poderte alcanzar... Isla de paz.
Pero no, no sé si puedo, con otra copa en mano, sabiendo que tengo a mi íntimo ego esperando con ansias para matarme con el calor ausente de aquella casa que has abandonado.
Vaya parrafada eso de pensar que somos el centro de todo sabiendo que valemos más que una simple mota de polvo, ese arrogante pensamiento me dicto el camino estrecho hacia el precipicio cayendo en una red de tarántula, atrapado como en aquella fábula, atrapado me encontraba, gotas de lluvia acida me empañan haciéndome entender que compañía no hacía falta cuando todo aquello recibido no eran más apuñaladas sonrientes por la espalda, cimentada de rabia toda mi labia al momento de querer largarme de aquella nostalgia, todos aquellos prejuicios encierran en un pentagrama oscuro el gran mostruo vergüenza, tejido por aquella telaraña...
Y al día siguiente con mucho dolor del recuerdo me voy yendo al colegio, analizo y observo, todos de la manita, con una sonrisa linda, despreciablemente marcada y puede que macabra, pero que hermoso madre mía, estamos todos solos y temerosos, pero mañana todo irá bien seguro, pues: "un nuevo día es motivo de alegría" o eso decían...