Era una mañana cualquiera, todo iba normal, desperté así como así, abrí los ojos al notar que un pequeño has de luz se colaba entre la ventana y la cortina dándome de lleno en la cara.
Comenzaba la rutina, aquella tan monótona que a la amargura amontona, estando levantándome escuche retumbante el celular anunciando le entrada de una llamada que aún no sabía que era indeseada.
Sin más tome el celular, no me di cuenta de quién llamaba, sólo contesté y al atender solo era silencio, después de unos cuantos segundos preguntando quién llamaba se escuchó un "hola" lejano y hasta balbuceado, seguido de un "te extraño".
No sé que fue lo que impacto más en mi, el hecho de escuchar esas palabras o que esas mismas hayan provenido de ella...
-Hola, te extraño...~su voz se oía distante, cómo si estuviera recién levantada~.
-Hola buenos días...
-Ven a darme un abrazo~dijo apenas en un susurro~
-¿Qué tal dormiste?~ pregunté yo haciendo caso omiso a su petición, y tratando de hacer una conversación casual~.
-¡Ven a darme un abrazo!~decía ella haciendo pucheros con la voz, recuerdo que esos me provocaban una ternura y unas ganas de abrazarla enormes...~
-¿Perdón? Es que no te escucho muy bien, ¿Podrías hablar un poco más fuerte?
-¡Qué te odio!~dejando muy en claro su molestia~
-¿¡Por qué!? ¿Ahora que hice?~ pregunté divertido~
-Por que te digo que vengas a abrazarme y no me haces caso, por que no mejor vienes y nos dormimos un rato~ mas que un reclamo era un berrinche, y eso era muy típico de ella...~
-Este... Gracias pero paso, oye tengo que trabajar hablamos luego, ¿vale?
Y entonces colgué deliberadamente, pero en mi se incrementaba una sensación agridulce, lo dulce era que por fin pude no ceder a ella, lo amargo era que me asustaba el que ella ya no hiciera hincapié en mi, no sé si sea bueno o malo pero es un avance a algo que no conozco y eso mismo me hará cambiar para bien o para mal...
