Estoy segura de que todo esto es por culpa de Claire. Todo. ¿Por qué lloriquea y agacha la cabeza? ¿Es que se arrepiente de algo? Lloró cuando dejé caer el tazón. Me dieron ganas de pegarle. Ha sido culpa mía. Mía, no tuya. Pero debe de ser de ella también, por la forma en que se lo toma. Es como si todas mis carencias le pertenecieran. Tal vez sea yo quien le pertenece. Intentó explicármelo: «Esto es temporal. Dentro de un tiempo volverás a tener sentido del gusto. De todos modos, no deberías comer cosas normales aún». La hora siguiente la pasé encerrada en el baño, examinando mi lengua. No parece haber nada raro en ella: es rugosa, rosada, carnosa. Lo que no funciona debe de estar en alguna parte de mi interior. Hay algo desconectado dentro de mí. No confío en Claire. Siempre revoloteando, sonriendo, llorando, controlándome. Demasiado de todo. Tengo que alejarme de ella.
Abro la puerta del coche para bajarme. Claire abre la suya.
—No —le digo—. Tengo diecisiete años. Puedo hacer esto sola.
—Pero, Jenna…
En el espacio de unas pocas semanas he aprendido a sonreír. También a imponerme.
—Claire —le digo para obligarla a quedarse sentada.
Ella cierra la puerta.
— ¿Vas a empezar otra vez? —dice mirándome de frente.
Está dolida. Las cosas que me llenaban hace un momento retroceden: el instituto, el control, la desconfianza, las dudas, todo queda relegado por el dolor que refleja su cara.
Oigo palabras, palabras de hace tiempo que estaban enmarañadas dentro de mí. Lo siento. Lo siento mucho. Palabras que están encerradas en mi cabeza y que no puedo pronunciar, congeladas detrás de unos labios que no quieren moverse. Justo por eso, tengo aún más ganas de decirlas.
—Está bien, mi amor, no te preocupes. Shhh. Todo va a ir bien.
Claire contestándome una y otra vez cuando yo aún no he dicho nada, mirándome a los ojos y reflejando todo el sufrimiento que ve en ellos.
Salgo del coche y me inclino un poco para observarla a través de la ventanilla. Claire fuerza una sonrisa. Sus ojos se quedan prendidos de los míos. Lo siento mucho. Baja la ventanilla y yo digo media docena de cosas redundantes —cosas que ya hemos discutido— solo para evitar que ella hable. «Sí, tomaré los nutrientes de la tarde. No hablaré del accidente. Te esperaré en la puerta a las tres en punto. Llamaré si necesito algo». Tengo miedo de que cambie de idea en el último minuto, de que me controle de esa forma en que sabe hacerlo y m e fuerce a entrar nuevamente en el coche con solo decir mi nombre. Es como si ambas estuviéramos luchando por tener el control de Jenna Fox.
—Ya verás cómo no pasa nada —añado, y milagrosamente ella se va sin más.
Me giro y me enfrento al «Centro Experimental de Estudios Medioambientales». El edificio es una antigua agencia inmobiliaria. Aún se ve el antiguo cartel en el suelo, apoyado en una pared, casi oculto por las malas hierbas. Tras las ventanas cuelgan cortinas polvorientas. Lo han pintado hace poco de amarillo pálido, en un intento desganado de mejorar su aspecto. Parece una granja vieja; tal vez alguna vez lo fuera. Así que estudios medioambientales… En Boston iba a un instituto público; me lo dijo Claire, pero incluso antes de que ella m e lo confirmara, yo ya lo sabía. Recuerdo el día en que Kara, Locke y yo nos escapamos de ir a clase. Estábamos asustados, pero confiábamos en que no nos echarían de menos entre los cientos de estudiantes que habría en el aula. No sé nada de los centros experimentales, salvo que son pequeños. Los institutos públicos tienen cientos, incluso miles de alumnos; los experimentales no llegan ni a cien, y solo hay clase algunos días a la semana. ¿Qué tipo de estudiantes eligen ir a un instituto así, pequeño y deteriorado, pudiendo asistir a uno normal? Esto no se parece nada al centro al que iba antes, pero como no recuerdo demasiadas cosas de aquellos tiempos, no debería importarme.
¿Por qué me he empeñado en volver a estudiar? Subo las escaleras y entro.
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La adorada Jenna Fox
Ciencia FicciónAntes era alguien. Alguien que se llamaba Jenna Fox. Con esas palabras da comienzo una historia de ciencia ficción en un futuro cercano. Jenna Fox es una adolescente que acaba de despertar del coma. Un terrible accidente la dejó en ese estado durant...