Capítulo 39 Mostaza y besos

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Son  solo  las  doce  y media  y  estoy  otra vez  en  mi  habitación.  Me  noto revuelta  por  dentro.  No  estoy  segura  de  sí  es  el  medio  frasco  de mostaza que me acabo de tragar o el recuerdo de Ethan besándome.

Me da igual que la mostaza m e siente mal; mereció la pena bebérmela con tal de ver a Lily tan indefensa. Sabía que no podía detenerme, y la sensación de poder momentáneo que experimenté sí que me sentó bien.

Examino mi habitación vacía, sin personalidad, y mi mirada se detiene en el netbook. Debería mirar otro año de Jenna. O averiguar más cosas sobre los vecinos, como hace el señor Bender. Me da la impresión de que tendría que estar haciendo algo, pero no sé qué. Date prisa, Jenna. En lugar de pensar en ello, m e acomodo en el escritorio y apoyo la cabeza con la esperanza de dormirme y despertar siendo una nueva Jenna.

El sueño no llega. La nueva Jenna tampoco. Me quedo mirando mis dedos desmañados,  sintiendo  cómo  mis  torpes  pies  se  deslizan  hacia  delante  y hacia  atrás,  escuchando  los  crujidos  y  rumores  de  la  casa,  los  suspiros  y gemidos de la restauración.

La adorada Jenna FoxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora