- - - Pesadilla o realidad - - -
La oscuridad que la noche ofrecía nunca se había sentido tan pesada y desesperante; estaba al aire libre y ni por ello sentía que podía respirar con normalidad. Este dolor en el pecho por no recibir el oxígeno como se debía, le recordó por un momento a aquellos días, cuando a su corta edad, trataba de controlar los impulsos y la ira frente a su familia adoptiva. Lograba hacerlo, pero la presión en su pecho no desaparecía, y por más que trataba de ocultarlo, aquello era lo que más la delataba. Pero su fortuna, los doctores y sus padres creían que se trataba de solo constantes neumonías.Pese a ese dolor, continuó recorriendo el bosque del cual no comprendía el por qué ya no le parecía tan conocido.
El ambiente fue cada vez más denso; cada vez menos oxígeno y el silencio amenazando con dejarle sorda. En medio de toda esa penumbra, surgió un grito que percibió a varios metros de distancia, uno que ya conocía. Se aproximó al lugar de origen, corriendo en difusos suelos, a veces muy estables que alzaban polvo a su paso, y otros donde sus pies sen enterraban en el lodo salpicando su cuerpo entero.
Había fuego en sus pulmones, sentía como si estos se quemaran. Pero eso no fue lo que le dejó sin aliento, frente a ella, siendo testigo de su peor pesadilla, muchos cuerpos sin vida se encontraban esparcidos en todo ese lugar libre de árboles.
Ver aquella escena le ocasionó terror, mismo que produjo un escalofrío lento y palpitante en toda su columna. Con la vista recorrió a cada uno de ellos hasta detenerse en el centro; Lydia estaba de pie a espaldas suyas a varios metros de ella; nada en Lydia se movía, solo unos cuantos cabellos por el aire.
-¿L-Lydia? ¿Estás bien...?
Poco a poco, la banshee dio media vuelta; su cuerpo temblaba y Malia sentía que posiblemente el de ella también. Lydia quedó de frente a ella, estaba horrorizada, en un estado de shock.
-Es muy tarde ya...
Malia no comprendió a lo que se refería. De los ojos de Lydia salían lágrimas, tenía un nudo en la garganta.
-Es muy tarde, ya no se puede hacer nada.
Malia quería preguntar el por qué de sus palabras, demostrar lo confundida que estaba, pero sus dudas se vieron pausadas cuando Lydia se apartó y a la vista de Malia quedaron los cuerpos de Scott y Liam; pálidos y sin vida, sus amigos se encontraban sobre un enorme árbol caído.
<<No puede ser real>> Pensó. Dio grandes zancadas hacia ellos pero no avanzaba.
-¡Lydia! ¡Ayúdame! -Gritó. El suelo donde pisaba comenzó a desequilibrarse tornándose en lodo que la detenía. -¡Mírame, Lydia!
Su amiga yacía de rodillas llorando con fuerza hacia el cielo parecía que no pudiese escucharla y el lodo sobre los pies de la mujer coyote comenzaba a consumirla como la arena movediza invadiendo su cuerpo poco a poco.
Trató por todos los medios de salir de ahí, aferrándose a ramas; al pasto, desprendiendo sus raíces; rasguñando sus manos y rompiendo sus propias uñas en el intento de sostenerse de la demás tierra sólida. Hasta que el lodo llegó hasta sus hombros.
-¡LYDIA!
Lydia Martin detuvo el llanto, Malia supo que la había escuchado.
-¡Acá estoy, Lydia!
Lo que Malia no sabía es que su amiga no podía verle, que aquel grito desesperado fue una señal, una alerta para la banshee.
-No no no... -Comenzó Lydia de nuevo. -¡Ya basta! Por favor... -Su instinto quería hacerla gritar, dar un aviso más de otra partida, pero se negaba a afrontar la realidad, y trató de hacerlo con sumo dolor y las ganas de poder contenerse, destruyéndose en miles de pedazos.
La presión en Lydia se detuvo un segundo, admitiendo la derrota y después gritar a todo pulmón:
-¡MALIA!
Finalmente el lodo llegó hasta su cabeza sin dejarle ninguna salida.
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And now? - Scalia
FanfictionBeacon Hills recibe una nueva amenaza a la que la manada se tendrá que enfrentar, y sin saberlo, los caminos de Scott y Malia, que iban en diferentes direcciones, tienen un desvío que los hace cruzar. Una historia Scalia. Con cariño para todas las...