Capítulo 32

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Capítulo dedicado a: VicoViaAg

- - - Temor detrás de excusas - - -


La llamada llegó como un balde de agua fría para todos. Stilinski llamó a su hijo desde la estación para dar la noticia, la cual paralizó a todos por un buen tiempo.

<<Stiles, han llamado justo de la salida de la carretera noroeste, reportaron un choque, uno muy grave. Se ha reportado a una persona herida, y por el contenido que lleva este camión volcado que ella conducía, parece ser que se trata de la mujer que hemos estado buscando.>>

Todos ya reunidos en la clínica escucharon la altavoz. El sheriff después pidió que sólo fuera Argent hasta el sitio del accidente, restringiendo cualquier posible ayuda que su hijo o los demás muchachos quisieran aportar ya que sería sospechoso ante el ejército y también peligroso al exponerlos al material del que el papá de Stiles sabía que era radioactivo.

Argent se fue, prometiendo mandar información de la mujer, y cuando lo hizo, hubo diferentes reacciones, contemplando la fotografía de la detenida.

-¿Pero quién es ella?

-Es Cynthia Helligan. Encargada del área de fármacos en el hospital. Según Chris, fue aprendíz de Gerard, y una de sus favoritas. -Respondió Melissa a la banshee. Su tono de voz fue serio y sus ojos destilaban furia. -Esa maldita perra... ¡Nos mintió a mí, a la policía y a Margareth todo este tiempo! ¡La muy descarada consoló a los padres de una de las víctimas!

El papá de Allison después informó que llevarían a la detenida al hospital para atenderle las heridas bajo la condición de arresto e interrogarle al instante de que estuviera consciente.

Deaton preparó el marerial radioactivo para llevarlo a la comisaría, ahora que se había encontrado a la responsable, era hora de comunicar la aterradora noticia por el que todos estaban en riesgo.

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-Lo mas seguro es que nos pidan desalojar. Seremos tendencia nacional de nuevo.

Todos concordaron con una de las personas acomodadas en el suelo alfombrado -ahora con sábanas- en la sala del alfa. Apagaron las luces como una llamada para descansar. Malia y Scott se fueron a hurtadillas hacia la puerta principal.

-¿En serio no prefieres quedarte? Déjame acompañarte a tu casa, no es seguro a esta hora. Puedo ofrecerte mi cama... claro, yo dormiría en el suelo.

Malia negó.

-Gracias, pero Peter, digo, mi papá, ya me espera acá fuera en el auto. Pero gracias, si ocurre algo te avisaré. Y si lo hiciera, los dos cabemos perfectamente en tu cama.

Scott sonrió de lado, estaba un poco desanimado y cansado.

-Descansa.

Malia se acercó para darle un beso en la mejilla, Scott quiso hacer lo mismo pero las direcciones de sus labios indicaron encontrarse, lástima que se dieran cuenta antes de juntarlos. Rieron un poco, y Malia tímidamente le plantó uno en la mejilla.

Después de aquella sensación de querer la caricia del otro, a ambos les cayó esta pesadez, tal vez una mezcla de culpa, incertidumbre y duda, ¿El rumbo que tomaban sus sentimientos era el correcto?

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Estuvieron en lo cierto. Al día siguiente, a las catorce horas, el ejército y la policía lanzaron un comunicado del riesgo al que todo habitante estaba expuesto ahora. Fue así que en plena tarde, la carretera se atascó, de repente todos quisieron salir, huír lejos. Nadie se encargó de leer la última parte que aclaraba que los índices eran menores... sólo les bastó con leer "Radiación" para hacerse las maletas e huír.

And now? - ScaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora