Capítulo 29

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Capítulo dedicado a:
AmberLux

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A partir de esta parte comienzan los capítulos finales

- - - Refugio y calor - - -

Hay sensaciones que por sus razones buenas o malas, están para marcarte en un determinado tiempo, trayendo consigo los recuerdos. Para Malia, la sensación de ansiedad no era algo bueno y por el contrario, le producía náuseas y un sabor amargo en la boca; miedo, terror, pánico... Todos juntos en una enorme bola viajando por su cuerpo, aplastando el resto de sus órganos y llegar hasta su garganta sin dejarle respirar.

Estaba desconcertada, tiempo atrás se prometió no volver a sentirse así: como si la tierra la consumiera poco a poco. Pero lo más abrumador que esta molestia podía indicarle, era su pasado. Le pasó viendo el peor de sus miedos haciéndose realidad, pero esta vez, algo le indicaba, que volvería a pasar.

Siete horas antes...

La mujer coyote se apresuraba por arreglar todo; que luciera en orden para pretender que nada estaba pasando y que nada pasaría y se preguntó sobre si dejar la cama hecha levantaría sospechas.

"No, sería muy extraño para los demás ver demasiado orden", pensó ella. Tomó los extremos de las colchas y las desordenó de manera brusca hasta quedar satisfecha de sus resultados, viendo que estas por poco quedaban patas arriba.

Corroborando de que no se acercaba ni una sombra cerca de las carpas que formaban la habitación, sacó de debajo de su almohada, el papel ya arrugado y roto de una de las esquinas con el plano general de lo que era la improvisación del hospital. Repasó pasillos, esquinas, rutas, atajos... todo para salir de ahí evitando a la mayor cantidad de personas que fuese posible.

No tomaría ningún autobús, tampoco se detendría a una tienda de autoservicio aunque esa fuera su hora de la comida a la que los enfermeros la habían acostumbrado. Su objetivo era James, y lo único que podía estar en su mente era él, pues si fallaba en algún paso, le fallaría a él también. Pero lo inevitable no perecería por más que lo intentara, y el remordimiento ganaba, pues por su mente atravesaban los oscuros ojos de Scott, que provocaban en Malia no poder sostenerle la mirada por ser siempre él, el único que podía ver la verdad a través de los de ella. Sin embargo, para muchas otras veces, ella prefería esos mismos ojos ligeramente rasgados por el simple de hacerla sentir bien y a salvo.

Recordó sus últimas discusiones, los desacuerdos y los sentimientos que de verdad importaban, suspendidos en el aire, pasando desapercibidos, atrayendo los únicos malos en la atmósfera...

Y la primera caída comenzó.

Sintió esa sensación empezar en un cosquilleo pesado y molesto en la boca de su estómago. Pensó que había sido un simple efecto por dejarse llevar por los sentimientos, pero estaba completamente equivocada.

Una hora después, cuando en su escape, se encontró cara a cara con Melissa, se sintió culpable por mentirle en gran medida. Y esa sensación volvió a invadirla. ¿Qué quería decir? Se preguntaba al tiempo que caminaba con prisa entre los pasillos. ¿Acaso era una señal? ¿Se trataba de una alerta? ¿Y si al final de todo, no era buena idea? No, ya había pensado los riesgos días antes de establecer su plan, antes de involucrar por completo a James. Jamás le haría correr un riesgo completamente asegurado.

And now? - ScaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora