Capítulo 23

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Capítulo dedicado a:
Todos ❤

- - - Razones desconocidas - - -


Despertar de una pesadilla puede ser de manera repentina. El cambio brusco y la agitación le dejaron un leve mareo a Malia, que pronto desapareció para dejar a su vista, estar rodeada de máquinas y lonas blancas opacando la luz exterior. Al parecer, se sintió todavía más confundida y se preguntó si de verdad había despertado.

Sintió miedo, conocía el propósito de las máquinas a las que estaba conectada, pero no entendía por qué a ella, aparte de que desconocía el lugar. Enseguida trató de desprender los tubos conectados a sus brazos, pero al sentarse sobre la cama, sintió un palpable dolor en el costado derecho de su abdómen.

Quiso averiguar la razón, pero en medio de todo ese abatimiento, una silueta que empezó como una figura distorsionada hasta hacerse más clara y grande se aproximó hasta donde ella.

Cuando vio que Scott entraba por esas carpas destensó su cuerpo y guardó las garras. Fue un completo alivio verlo. El chico la vio un segundo y se percató de lo que su amiga intentaba. Dejó la bandeja que traía en manos sobre una de las esquinas de la cama y se aproximó a Malia.

-¡No! ¡No te las quites!

Tomó sus manos con cuidado, y aunque el gesto fue cálido, eso no evitó que su amiga se alarmara todavía más.

-¡¿Qué es esto?! ¡¿Dónde rayos estamos?!

-Escucha... -Le pidió tomándole de los hombros. -Todo está bien, tú estás bien. -Hizo una pausa y con sus ojos señaló la zona donde Malia llevaba vendaje. -Recibiste una herida de bala y, no sanó. Todavía no sabemos el por qué, al parecer Liam también obtuvo algunos rasguños de los cuales desaparecieron apenas el día de ayer. 

-¿Cuántos días llevo inconsciente? ¿Acaso...?

Scott asintió confirmando la segunda duda.

-También la anestesia te ha hecho efecto. Fue necesaria, a excepción de un día, donde tuvieron que retener a todos los pacientes atrasando sus tratamientos y cirugías para montar todas estas carpas y atender a todos desde aquí, el hospital ha sido destruido y será reconstruido. De hecho -Hizo una pausa.  -Hace exactamente veinticuatro horas estabas en cirugía en Los Ángeles.

Ella abrió los ojos.

-¿Cómo es que estamos aquí tan rápido?

-A ti y a varios pacientes que lo necesitaban, los trasladaron por helicóptero. Hace sólo un par de horas que llegamos y te reinstalaron.

-¿Llegamos? -Cuestionó, aunque era evidente de que el chico, en efecto, la haya acompañado; ojeras debajo de sus ojos, su cabello despeinado y opacado, tal vez por llevar algunas horas demás de no bañarse, y probablemente, de no haber dormido tampoco.

<<Seguramente no estuvo en paz ni un segundo>> Pensó ella.

Scott tomó de nuevo la bandeja y sonrió de una forma torpe que mostraba lo obvio.

-Malia, no iba a dejarte sola.

Tomó asiento en el espacio sobrante de la cama, quedando hombro con hombro, y con una sonrisa confidencial le hizo entrega de una hamburguesa sencilla.

-¿Por qué?

-Ah bueno, mamá dijo que sí podías comer cualquier cosa no cruda o con grasa, pero de una doble queso no por que también me advirtió de las consecuencias de abusar...

And now? - ScaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora