Beacon Hills recibe una nueva amenaza a la que la manada se tendrá que enfrentar, y sin saberlo, los caminos de Scott y Malia, que iban en diferentes direcciones, tienen un desvío que los hace cruzar.
Una historia Scalia. Con cariño para todas las...
La Navidad de ese año fue completamente diferente para cada uno de la manada.
Ninguno de ellos -ni otro habitante de Beacon Hills- pudo celebrarlo en sus esperados hogares. La radiación resultó más fuerte de lo que el gobierno esperaba y estaba a mitad de la desinfectación. Y como un buen regalo de Navidad, se les comunicó que podrían regresar a sus vidas anteriores para el Julio del siguiente año.
Pero ninguno de la manada quería llevar su vida de antes. Los más chicos para ese entonces terminarían por completo la preparatoria y entonces partirían a la universidad, así como los grandes estaban ahorita.
Por eso esta Navidad fue distinta para todos, por que a diferencia de las resto era que, en esta se reunieron todos con sus familias, para verse después de mucho tiempo, viajando kilómetros de donde se encontraban sus universidades y reencontrarse.
Malia no pudo haber pedido una Navidad mejor.
Revisando todas las fotografías en su celular, de lo divertido que ese día fue, apenas pudo percatarse de cuando la puerta del edificio fue abierta. Alzó la vista de su aparato y le devolvió la misma sonrisa que Scott le daba ahora mismo.
-¿Es oficial?
Scott extendió su sonrisa y asintió. Malia se despegó del auto y saltó de felicidad. Scott bajó las escaleras y corrió a ella para abrazarla.
-Es oficial. Ya no más tratamientos, ya no más dolores, ni quemaduras. Y lo mejor, es que te tengo a ti. -Deslizó sus manos hasta su cintura y apartó a Malia sólo un poco para plantarle un apasionado beso lleno de alegría.
Las habilidades de cada hombre lobo afectado por la radiación también tardaron en regresar. Es por ello que Scott apenas terminó de sanar por completo sus quemaduras.
Increíblemente rápido para los humanos, pero muy lento para los hombreslobo.
Y ese día, justo un día después de Navidad, tuvo su último chequeo, quedando libre de cualquier cicatriz.
Claro que esto le afectó, tuvo que acomodar su inicio de clases y ahora empezaría en Enero.
Malia por su parte, recursó durante un mes matemáticas y después de eso se dedicó a viajar y viajar. Al igual que Liam y el resto de los pequeños de la manada, aplicaría su examen para la universidad el año entrante.
Para la noche, asistieron a otra fiesta montada a mitad del bosque. Ahí mismo, Stiles, Lydia, y el resto de la manada se encargaron de celebrar las buenas noticias.
El celular de Malia sonó, era una notificación.
-¿Recibiste el e-mail? -Le preguntó Scott por lo bajo. Ella asintió y lo leyó.
-Sí -Dijo al terminar, sonriendo por lo que el texto decía. -Está en un crucero rumbo a las Islas del Caribe. Dice que a su madre la han picado los mosquitos incontables veces, pero la están pasando de maravilla. Incluso envió una foto.
Abrió el archivo, era una selfie divertida de James junto a su mamá.
-Salúdalo de mi parte. -Agregó Scott.
Malia miró la foto una vez más y sonrió. Mientras James se recuperaba en el hospital, Argent y Derek se encargaron de encontrar a su mamá. Esta estaba encerrada, con uno de los esclavos de Margareth cuidándola, pero este mismo la había ayudado por un gran tiempo con su autocontrol, mismo que ahora mantenía perfectamente.
A Malia de verdad le alegraba que James pasara tiempo con su madre.
James no sólo retomó lazos con su madre, si no que también forjó unos nuevos con Indira y Amelia. Ellas lo acompañaron a comenzar una nueva vida. Y por lo que el castaño asegura en sus emails anteriores, está dispuesto a fortaceler esa unión con las hermanas, especialmente con Indira.
Malia suspiró gustosa del viento que los envolvía, ahora podía estar tranquila y en paz. Scott recibió a la brisa de la misma forma.
Ambos vieron a sus amigos divirtiéndose, riendo y jugando, y se dieron cuenta de que ellos hacían lo mismo.
A los pocos segundos escucharon las patrullas acercándose cada vez más. Ahora la idea de no avisarle al resto de los invitados fue de Liam. El rubio junto con el resto de la manada, se echaron a correr. Y antes de que Scott y Malia lo hicieran, ésta lo miró confidente con una sonrisa divertida. Scott sonrió y antes de arrancar con velocidad se dirigió a ella para decir:
-¿Y ahora?
FIN
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
