Capítulo 28

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Capítulo dedicado a:
HermanaAlfa

- - - Detrás de una imagen - - -

Cuando ganas cierta reputación -buena o mala- esta se convierte en una sola cara que el resto se limita a ver de manera abundantemente prejuiciosa. James lo entendía, más que querer hacerlo, no le quedó otra opción, pero debía ponerse en ambos lados -como nadie en ese lugar hacía-, y reconocer que las personas tenían miedo, que querían el bien por sus familias y por ellos mismos. Era el simple instinto primitivo para la supervivencia.

Las miradas llenas de susto, miedo, sospecha, enojo... entre muchas otras, habían formado parte de una costumbre que su vida tuvo que adoptar en los últimos dos años. Pero en medio de sus adversidades, lo que en realidad le parecía realmente lamentable, era que, no todos comprendían de la misma forma aquel hecho.

-Métete.

El soldado no tuvo ni un segundo de paciencia y por su parte, lo empujó con fuerza al interior de la celda. Pese a la furia que sentía, a James no le convenía hacer nada que retara la habilidad de un uniformado por mandarlo a Eichen justificando su traslado por "desquiciado".

La vista dentro de esas cuatro paredes no pudo parecerle más deprimente y frustrante. Todos acomódandose a los malos tratos del ejército sin tener otra alternativa. A excepción de una persona.

-¡Deben dejarme ir! ¡Carajo!

El guardia golpeó las rejas con su pistola emitiendo un estruendoso sonido que la hizo callar de nuevo.

-Te lo advierto señorita, irás directo a aislamiento.

La chica de piel morena, relacionando su presencia en el mismísimo infierno, decidió cesar sus impulsos por querer destrozar a cada persona que estuviera en frente suyo. Su enojo contenido llegó al borde de las lágrimas, que forzó a ocultarlas.

James siendo testigo de todo lo ocurrido, percibió el aroma de las emociones de aquella chica soltarse y dispersarse por el aire, así que decidió acercarse a ella y se sentó a su lado.

-Hola -Le sonrió tratando de reflejar amabilidad y confianza, pero a cambio, la chica sólo le miró de soslayo. -Sonará injusto lo que te diga pero, créeme que lo mejor por ahora, es que no busques problemas por tu protección.

-¿Protegerme o resignarme como tú?

-No me he resignado, sé que todo esto se resolverá.

Y no es que el castaño pusiera su fé en los servicios del gobierno, confiaba en Malia. La chica resopló alzando los brazos al aire y negó con la cabeza escéptica.

-En primer lugar, no deberían encerrarnos, ¡No tienen prueba alguna para tenernos aquí!

-Bueno, han invesitgado antecedentes...

-¡¿Qué acaso uno no puede tener un mal día?!

La voz se le quebró, enrojeciendo su cara de enojo, frustración, y muchas otras emociones. James le dio la oportunidad de descargarlas a su manera, y prestó atención a los ruidos exteriores de la protesta de cientos de personas.

-Bueno, ¿No te parece que al menos aquí estamos protegidos?

-No les agradeceré nada si ellos fueron los que mancharon mi nombre.

-¿Cómo te llamas? -Preguntó el hombre lobo, viendo que ella le rebatía toda respuesta que podría hacerla entrar en razón.

-Indira.

And now? - ScaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora