17

6.7K 515 5
                                    

Maratón 4/5

Emiliana

— ¿Nos vamos ya, Emi? – Andrés entró a mi habitación, por suerte ya estaba lista.

— Sí. ¿Leyla ya está abajo?

— Está esperándonos en el auto con su amado, así que apúrate o llegaremos tarde.

Tome mi bolso y salí disparada de la habitación, tras despedirme de mi madre que otra vez gritaba porque salía de fiesta pero a la final, no peleaba por eso.

Me monte en el auto de Ítalo, todos dispuestos a pasar la noche entera bailando y tomando lo que nos sirvieran, quería pasar una noche diferente. Y sin dedicarle precisamente mis pensamientos a Malcolm.

— Nena, no me dijiste que paso con el chico de que te espero ese día fuera de tu casa.

— ¿Quién? – Leyla volteó de una vez hacía nosotros dos – ¿Quién te esperaba fuera de tu casa?

— Malcolm estaba esperándome cuando Andrés me traía del club.

— ¡Es que tienes a ese hombre pero enamorado! Muriendo por ti – Aplaudió emocionada.

En todo el camino al club, Leyla iba contándole a Andrés las veces que había salido con Malcolm, y que a veces no llegaba a dormir. Provocaba matarla pero no me importaba, en mi consciencia estaba que no habíamos hecho nada.

El club estaba abarrotado pero no nos importó, las ganas de bailar y disfrutar pudieron más que nosotros. Tras la primera ronda de tequila, comenzó realmente la fiesta. Leyla no se despegaba ni un minuto de Ítalo, pensé que realmente estaban follando en la pista de baile. Sin sonar mal.

En mi bolso, mi celular vibraba como si no hubiera un mañana. Seguro era mamá para decirme que dejaría las llaves bajo la alfombra, como siempre hacía. Me alejé del ruido para poder contestar. Pero no era quien yo pensaba, ni imaginaba que me llamaría.

— ¡¿Emiliana, donde coño estás?! – La voz de Malcolm se escuchaba con furia extrema.

— Hola Malcolm, yo estoy bien. ¿Y tú? – El sarcasmo en mi voz era evidente.

— Déjate los sarcasmos, dime donde carajos estás.

Respiré hondo para no mandarlo a la mierda... ¿Quién carajos se cree?

— Estoy en un club, Malcolm. ¿Qué sucede contigo?

— ¡Sal de ahí, por favor! – Está vez, su voz no era de furia – No llegaré hasta dentro de unos treinta minutos, por favor, sal de allí Emiliana.

Un fuerte golpe que me hizo caer por las escaleras del club me hizo volver a la realidad. Varios hombres con armas largas entraban con cara de pocos amigos al club.

Busqué a tientas mi celular sin dejar que mi temor me dominara, pero era imposible. Y el dolor en el brazo, mucho menos. La llamada con Malcolm aún estaba en línea.

— ¿Qué es esto, Malcolm? ¿Qué está sucediendo? – Grité mientras las lágrimas salían de mis ojos.

— ¡Sal de allí, es una orden Emiliana!

No se cómo, pero comencé a correr sin darme cuenta que o quién dejaba atrás. Pero mi temor era más, hasta que acordarme de los amigos que había dejado allí me hizo frenar en seco.

— Malcolm, por favor, he dejado a mis amigos allí... No puedo – Susurre entre lágrimas.

— Me encargaré de eso, tu sal de allí.

Amores peligrosos pero adictivos • ¡PAUSADA! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora