En la oscuridad, alguien observaba todo. Nadie sabía que estaba allí, nadie podía ni imaginarse que en algún momento, aparecería. Yacía en los recuerdos más oscuros, para algunos eran los más tormentosos, para otros... Los recuerdos más alegres y coloridos.Malcolm
Salí de la habitación, dejando a Emiliana durmiendo un poco más. Tenerla una vez más a mi lado, en mis brazos... Me daba la tranquilidad que necesitaba. Tenían noches que no sabía lo que era conciliar el sueño.
— Cariño, tu todo lo que necesitabas era a Emiliana contigo.
— ¿Tú crees, nana? – Sonreí, ella sabía bien lo que yo quería y necesitaba.
— Incluso dormiste con pijama... Ay hijo, que esa mujer nunca se vaya de tu lado.
Le di un abrazo y me senté a desayunar, después le llevaría a Emiliana para levantarla, debía de descansar lo más que pudiera... Sus herida eran terribles, aún no entendía como lograba dormir sin quejarse del dolor.
Hansel apareció a los minutos y desayuno conmigo, aunque tuviera también que volver a sus obligaciones. Pero al igual que a Helga, le sorprendió verme en pijama y desayunando en la cocina. Seguro ya esperaba conseguirme vestido, y tomándome un batido de proteína que a veces «o todo este tiempo, más bien» sustituyó por desayuno.
— Buenos días – La voz adormilada de Emiliana nos hizo sobresaltarnos a todo.
— ¡Emiliana! – Helga corrió de su sitio para dirigirse a donde ella estaba – Cariño, debes de estar acostada.
— No soy fanática de el reposo.
Helga rodeó los ojos ante su respuesta. Pues que ya la va conociendo, de carácter jodido la alemana.
— Pequeña, el reposo no es algo que discutiremos – Le di un beso que acepto gustosa – Al menos hasta que las heridas de la costilla y los tobillos desaparezcan.
— ¡Malcolm! – Se quejó – No pienso estar en cama por diez días.
— Emiliana, el doctor vio tus heridas y no podemos tomarlas a juego. Son diez días de reposo, y si no los tomas en serio, serán más.
Esta vez, ella rodó los ojos... Y es que hasta así se ve igual de guapa. Ante su silencio, Helga le sirvió su desayuno, y de mala gana, comenzó a comer, mientras que Hansel le entregaba los medicamentos correspondientes.
Ambos salieron, dejándonos solos en la cocina. Había perdido peso, y aún su cara se veía terriblemente demacrada, ni la larga noche había permitido que se recuperara al menos anímicamente.
— ¿Cuando veré a mi madre? – Preguntó.
— En cuanto tus heridas se disimulen, pero deberías de llamarla... No ha escuchado tu voz.
— Lo haré – Hablo sin ánimos.
Jale la silla hasta donde estaba la de ella, y la pegué a mí. Fue cuestión de segundos para comenzar a sentir sus lágrimas mojar mi camisa. La apreté más contra mi, ambos necesitábamos esta cercanía.
— Mi padre fue muy importante en mi vida, y no porque fuera mi padre... Era tan inteligente, tan calculador, siempre tenía una respuesta para aquello que para mí era tan imposible de entender, a veces solía dejar el trabajo que yo creía conocer para dedicarme tiempo.
— ¿Lloras porque lo extrañas?
— Mira como he terminado en esta situación, Malcolm... Y todo porque el quiso dejarme a mi como heredera de esto, y ni siquiera se cuáles armas existen.
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Amores peligrosos pero adictivos • ¡PAUSADA!
RomanceAmbos se encontrarán... Ambos se enamorarán... Ninguno lo aceptará, por orgullo... ¿Será capaz ella de involucrarse en un mundo desconocido por el, por venganza y por poder? LEE PARA SABER MÁS !!!!! ••• NO SE ACEPTAN COPIAS DE ESTA HISTORIA. PROT...