Emiliana
La luz que se filtraba desde la ventana lastimaba mis ojos. No sabía cuántos días tendría aquí, la oscuridad se había convertido en mi única amistad. El leve puyazo, me llevaba al sueño más profundo.
Malcolm... Malcolm... Todo lo que podía pensar. ¿En que momento atravesaría la puerta y vendría por mí? Mi cuerpo me pedía a gritos agua, comida, pero no tenía acceso a nada. Mis muñecas y tobillos estaban maltratados, y mi espalda destrozada. Tanto tiempo en esta silla acabaría conmigo.
— Se levantó la princesa – Habló un hombre mientras que caminaba hacía mi.
— ¿Quién eres? ¿Qué carajos quieres?
— A ti. A lo que como heredera legítima te pertenece. El diario de Cobra Negra.
— ¡Ni cuentes con que te entregare eso, maldito italiano! – Estampó su mano en mi mejilla.
Escupí la sangre que salía de mi boca. Mi cuerpo se había vuelto un saco de boxeo para estos hombres, pero resistiría cuanto pudiera... Ya antes había pasado por esto. No moriría hoy, y menos en manos de este maldito hombre.
— Mejor habla conmigo, princesita... O vendrá el jefe, y las cosas se pondrán peores.
— Dile a Valentino, que ni cuando me mate tendrá lo que por ley me pertenece.
— Entonces prepárate, morirás hoy.
El hombre a grandes y pesados pasos salió de la habitación donde me tenía. Me sentía físicamente agotada, emocionalmente vacía y sentimentalmente destruida. Mi padre ocupaba parte de mis pensamientos... Si no se hubiera involucrado en esto... Tal vez hoy estuviera con nosotros, tal vez fuéramos una familia feliz... Y tal vez hasta tuviera un hermano.
La puerta volvió a abrirse, y esta vez, el mismísimo Valentino se hizo presente. Su traje perfectamente planchado, su cabello peinado y una cara de que jamás rompería un plato. Maldito hombre, tan cínico.
— Mi hombre me ha comentado que te rehusas a otorgarme, lo que tu padre... Un mísero ladrón, ha dejado a tu nombre.
— Tu hombre está en lo cierto, entonces.
— ¿Quién te crees, mocosa? ¿Cómo te atreves a retarme? ¿No sabes quien soy? – Alzó mi cara con su dedo índice.
— Eres nada para mí – Solté con desprecio.
Otra bofetada pero en la otra mejilla. Estar atada, me hacía mucho más débil... Aunque tampoco serviría mucho si estuviera desatada, no se pelear, en mi vida ni siquiera me había esforzado en las artes marciales...
Valentino salió otra vez de la habitación, pero la furia lo estaba consumiendo por no conseguir nada mío. Estaba consciente y clara de lo que ese diario contenía, y así como podía acabar con muchos hombres, también podía desatar grandes desencuentros entre carteles. Seguía preguntándome como mi padre había sido tan absurdo e inútil al dejar todo escrito.
La puerta se volvió a abrir, pero esta vez, no venían a abofetearme. El hombre preparaba una jeringa, seguro me dormiría otra vez. Respire hondo, no tenía manera de defenderme en lo absoluto... El leve pinchazo en el cuello, y comenzaba, una vez más, a visitar a Morfeo.
Malcolm
— ¿Estamos seguro que es allí donde está? – Pregunte con la misma insistencia.
— Sí, es a donde han seguido a Valentino.
— No pasaré un día más sin ella, iremos.
Llevaba días sin tener una buena noticia de ella, y al menos esto, era un ápice de esperanza para mí. El saber lo mal que la estaba pasando, y más por mi culpa, por adentrarla a este mundo «más de lo que su padre lo había hecho».
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Amores peligrosos pero adictivos • ¡PAUSADA!
RomanceAmbos se encontrarán... Ambos se enamorarán... Ninguno lo aceptará, por orgullo... ¿Será capaz ella de involucrarse en un mundo desconocido por el, por venganza y por poder? LEE PARA SABER MÁS !!!!! ••• NO SE ACEPTAN COPIAS DE ESTA HISTORIA. PROT...