Pov. Leo
La cabeza le retumbaba seguro se había dado un buen golpe, y eso no era lo único que le dolía; la espalda le estaba matando ¡dormir en el suelo no era buena idea! abrió los ojos solo para que una luz segadora lo obligara a volver a cerrarlos parpadeo una par de veces hasta que sus ojos se acostumbraron, lo primero que vio fue el techo del lugar el cual era blanco con luces empotradas, se levantó lentamente y con su mirada recorrió el lugar, era un cuarto totalmente en blanco con una mesa en una esquina y con un recipiente con frutas, no veía ninguna puerta o ventana por ninguna parte.
Se asusto realmente no sabía dónde estaba y quien lo había traído ahí, ni que intenciones tenia con él, se abrazo así mismo y bajo la mirada solo para sorprenderse de encontrar a cuatro personas tiradas por toda la habitación, podía ver que tres de ellos eran hombres y estaban despertando y por ultimo su mirada cayó en la única mujer, camino hacia ella para asegurarse que estuviera bien.
Se arrodillo frente a la chica la cual tenía el cabello negro, la examino y físicamente estaba bien, pero no podía decir mucho ya que estaba cubierta de pies a cabeza incluso sus manos no se veían la sudadera que traía puesta le tapaba las manos, la tomo de un hombro y la movió un poco para despertara aunque no lograba nada– Ella ¿Está bien? –escucho, se volteo y vio a uno de los chicos, estaba inclinado viéndolos tenía el cabello castaño y en sus ojos miel se notaba preocupación.
–Por lo que puedo ver esta bien, solo esta inconsciente.
–Ya veo, es un alivio –lo vio suspirar, sonrió para sí mismo y volteo su vista a la bella durmiente, la removió un poco más; hasta que noto señales de despertar, la vio abrir los ojos y cerrarlos de golpe, al cabo de unos segundo su ojos se abrieron y se fijaron en él, le dedico una sonrisa.
–Mi príncipe azul –la escucho susurrar, se río del comentario se notaba que aun no estaba despierta del todo.
–No, no soy un príncipe soy un simple estudiante de cocina –ese comentario pareció despertarla porque en ese instantes su cara se puso roja y se sentó de golpe, lo miro a él y al resto de la habitación en su cara se podía ver reflejado preocupación y miedo, la chica retrocedió rápidamente alejándose de él hasta chocar con la pared se notaba claramente que estaba muy asustada y no la culpaba el también lo estaba, pero para ella debía ser un miedo más grande que el de él, al fin y al cabo estaba encerrada en una habitación sin salida con cuatro hombres.
–No te asuste, no hay nada de qué preocuparse, así que no tienes que tener miedo –le sonrió para tranquilizarla, lo que pareció funcionar– Mi nombre es Leo, y ¿tú com –no pudo terminar su frase por que el chico de antes lo interrumpió.
–Yo soy PJ ¿Cómo te llamas tu?
La vio mover sus labios para contestar hasta que alguien más hablo recibiendo así toda la atención de todos los de la habitación– ¿No hay nada de qué preocuparse? No me hagas reír, en mi opinión hay mucho de qué preocuparse ¡Leo! ¡Como el hecho de que estamos atrapados! –esa voz la conocía se levanto y lo vio sí, no había lugar a dudas era Alex, todo un mujeriego siempre llevaba una chica diferente al restaurante de su familia y eso era casi a diario.
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Una Gran Aventura en One Piece
Fanfiction//Reeditando// Ellos cinco eran tan diferentes como el día de la noche. La Primera era tímida. El Segundo era un mujeriego. El Tercero era demasiado amable. El Cuarto era un pésimo cantante de rap. El Quinto era un meticuloso perfeccionista del ord...