Cap.34

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Pov. PJ

Hacia varios minutos que Sara se había ido, y el lugar quedo en completo silencio, podía ver claramente que todos mis amigos estaban asustados, pero yo no me sentía así, me habían cumplido el sueño de ser un hombre de más de dos metros y de color negro, jamás me quitarían mi hombría un grupo de Okamas.

Sebastián salto de su sitio asustando a el resto por su repentina acción, él camino hasta agarrar con fuerza la baranda con las vista puesta en la isla.

- ¿Sucede algo? -Pregunte curioso.

Un "crack" se escuchó y pude ver que Sebastián había astillado la barandilla solo con sus manos.

- ¡Oh! ¡No! ¡Algo se acerca! -Dijo.

- ¿Qué se acerca? -El tonó de pánico de Alex no se podía disimular.

-Muchas personas, no solo los oigo... los huelo.

- ¿Se dieron cuenta que estábamos aquí? -Indago Leo nervioso.

Nadie pudo contestar esa pregunta cuando de entre el bosque saltaron varios Okamas al barco con vestidos en las manos.

-Pero miren nada más cuatro lindos Candys -Dijo un Okama, pude ver que los chicos se estremecieron de arriba abajo y sus rostros se volvieron azules.

-Mira que intentar esconderse... eso no se hace -Dijo otro acercándose a Sebastián.

-N-No te acerques -Chillo, el sonido de la ropa rasgada llego a los oídos de todos y para sorpresa general de la espalda de Sebastián aparecieron dos alas, las cuales se movieron aleteando-. Y-Yo m-me v-voy.

Las alas aletearon fuertemente elevándolo al cielo para sobrevolar los árboles y perderse en la lejanía.

-Uauuuuuu ¡Increíble! -Dije emocionado.

-Vayan por él -Ordenó uno de los Okamas varios asistieron y lo siguieron.

-Corazón estoy segura que este vestido te quedara espectacular -Dijo uno a Alex mostrándole un vestido amarillo.

- ¡Oh no! ¡Eso sí que No! -Alex esquivo al Okama cuando este se le abalanzo encima y comenzó a correr para huir de él, pero la velocidad con la corrió fue tal que termino estampado en un árbol.

-Este también es un usuario, es bastante rápido.

Alex se sobo la nariz y cuando sintió que venían por el comenzó a correr dejando un rastro de tierra en el camino, su velocidad era ridícula.

-Debe ser una fruta que lo haga veloz -Dije en voz alta emocionado.

- ¡AAAH! -Grito Leo cuando tres Okamas le saltaron encima, pero para suerte de él, los tres los trapazaron-. ¡Es verdad! ¡Soy un Logia!

Sus piernas empezaron a perder forma para parecerse a un mini tornado que lo elevo unos metros en el aire, y así el también se fue.

-El rubio es un Logia, llamen a los usuarios de haki -Dijo uno de cabello azul marino hasta los hombros y un vestido celeste demasiado corto que mostraba sus peludas piernas.

- ¡Hai!

-Bien... ahora sigues tú.

- ¡Si es que pueden atraparme! -Dije divertido corriendo por la cubierta saltando la barandilla cayendo al mar, pero antes de que tocara el agua apareció una patineta gravitatoria-. Justo lo que pensé.

Me coloque unos lentes para cubrirme los ojos de los que usaban los pilotos de aeroplanos y encendí el propulsor trasero de la patineta con un movimiento de pies, y así salí disparado por la superficie del mar, pero como seria aburrido ir por el mar me adentre en el bosque y de la nada salieron miles de Okamas.

-Que empiece el juego.

Esquive a la mayoría gracias a la agilidad que me daba la patineta, pero cuando empezaron a atacar con su New Kama Kenpo tuve que tomar otra medidas, cree un micrófono y una pequeña corneta.

-Bien, deléitense con mi voz -Jamás me había divertido tanto rapeando.

El micrófono proporcionaba el ritmo y la corneta reproducía mi voz a muchos decibeles, haciendo que los Okamas que los escucharan quedarán noqueados y cuando me quedaba en una sola nota en la cual terminaba gritando, la música era tan potente que arrancaba los arboles de su sitio.

Los Okamas son un público excepcional.

-Bien, vamos con el segundo verso.

Una Gran Aventura en One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora