//Reeditando//
Ellos cinco eran tan diferentes como el día de la noche.
La Primera era tímida.
El Segundo era un mujeriego.
El Tercero era demasiado amable.
El Cuarto era un pésimo cantante de rap.
El Quinto era un meticuloso perfeccionista del ord...
–Y ahora que los veo bien todos parecen personajes de anime en específico con los gráficos de One Piece, incluso la ropa es diferente –ese comentario le llamo bastante la atención así que se levanto; curiosamente la caída no le había dolido nada, cuando estuvo de pie se sintió un poco, o demasiado alto a decir verdad, aunque no le tomo importancia– ¿Será que en este barco hay algún espejo? quiero verme –cuando escucho a Alex decir eso pensó que sería interesante que un espejo apareciera, y de la nada apareció un espejo de cuerpo completo, parpadeo sorprendido– Increíble aunque es un poco pequeño, así no vamos a poder vernos todos –tenía una leve idea de lo que había pasado así que pensó que se estirara el espejo, y como si Kami lo hubiera escuchado el espejo se estiro horizontalmente, haciéndose lo suficientemente grande para verse todos– ¡Genial!
Sonrió divertido ya tenía una idea del poder de la Akuma no mi que se había comido, camino hasta que se paro al frente del espejo, lo que vio lo dejo mudo. No podía creer lo que sus ojos ahora dorados veían, lo que el espejo le mostró era a un hombre grande, no ¡Gigante! de más de tres metros de altura con unos músculos realmente grandes y bien definidos y los más resaltante era el color de su piel, la cual era.
Negra.
¡Santos Cielos! El era un simple ser humano; pecador como todos, no era nadie en especial y aun así... y aun así se le habían cumplido sus dos sueños más anhelados ¡En un solo día!, ¡En un solo puto día!, un río de incontrolables lágrimas bajaba de su cara como una cascada, estaba en el mundo de One Piece y su piel era negra. Maldita sea.
¿Cómo era su compañero ahora que era un personaje de anime? ¿Se habría encogido? Cuando vio dentro de su pantalón una luz dorada fue reflejas y estaba seguro que había escuchado a algunos ángeles cantar el típico "AAAAAAAA"
No...
No se había encogido...
Para su suerte...
Aunque...
Se había agrandado...
Y mucho...
Cuando pudo asimilar todo eso, limpio sus lágrimas y sonrió orgullosamente, después se concentro en detallar su atuendo, que lo hacía ver ¡Un Genial e Intimidante Pirata! Y no era nada parecido a lo que traía cuando salió de su casa en la mañana.
Traía unas simples botas cafés que llegaban por encima de sus rodillas junto con unos pantalones marrones de una tonalidad bastante oscura, los cuales quedaban tipo pescador en la zona de los muslos debido a que el calzado se ajustaba a la parte baja de las piernas, poseía una blanca camisa sin mangas cuyos botones se encontraban completamente desabrochados y su cuello estaba totalmente expuesto mostrando su espectacular y bien trabajado torso, en su cintura tenía un fajón color negro que se mantenía atado a su cuerpo debido a una gran pañoleta roja que se encontraba amarrada a su alrededor, llevaba guantes de cuero cafés que mostraban sus dedos además de que llegaban hasta los codos y, al igual que en su cintura, en su cabeza portaba una pañoleta roja que cubría sus cabellos plateados con reflejos en violeta y parte de su frente, para finalmente completar el conjunto, lo que verdaderamente robaba las miradas eran un par de espadas que llevaba en la cintura, tan relucientes e intimidantes, le daban el último toque a su apariencia de hombre musculoso, ya que su cuerpo fácilmente podría ser confundido con el de un titán, de hecho, sus fuertes brazos llegaban a intimidar más que las espadas mismas.
Oh por ¡Dios! nada podía ser mejor...
Era negro y estaba en One Piece...
De la emoción perdió la concentración del espejo el cual desapareció.
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