Una Gran Aventura en One Piece

Cap.30

Pov. Todos

Sebastián gruño por lo bajo cuando regresaban al barco para dormir, tan absorto había estado escuchando la historia de Crocus que no se había dado cuenta de que Alex se había quedado a sola con Sara, solo lo supo cuando Laboo comenzó a hacer ruidos parecidos a una especia de canción.

Alex pasó a su lado y le sonrió como si hubiera ganado un premio, su mal humor empeoro.

— ¡Roger era genial! —Le comento PJ a Sara, la cual tenía un leve sonrojo, entraron al barco y se detuvieron al frente de las habitaciones—. Buenas noches Sara.

—Que duermas bien.

—Hasta mañana —Dijeron Leo y Alex al mismo tiempo, al pasar a la habitación Alex le guiño un ojo.

En el pasillo solo estaban Sebastián y Sara.

—Mira, sé que apenas llevamos un día de conocernos pero te seré franco —Sara se intimido un poco ante la intensidad de esos ojos rosa, por un momento parecieron rasgarse pero ella no estaba muy segura—. Alex no es una buena persona, el un mujeriego… Cuando ve a una mujer que le gusta hace lo que sea para acostarse con ella y luego la deja, solo para buscar a una nueva que le llame la atención… Así es él.

Sara abrió los ojos sorprendida y bajo la cabeza pensando en esas palabras.

— ¿Po-Por qué me dices esto?

—El jugo con dos de mis hermanas… Por una parte quiero que no logre su objetivo de conquistarte para que aprenda una lección y por el otra parte no quiero que pases lo mismo que mis hermanas… Buenas noches —Sin más Sebastián entro a su habitación, ya había hecho la advertencia el resto dependía de ella.

— ¿Te vas a quedar parada ahí toda la noche? ¿O vas a entrar? —Sara salió de sus pensamientos gracias al minino; entro a cuarto pero no supo qué hacer con la información recibida, a simple vista Alex había sido muy lindo con ella algo atrevido sí, pero, ya no sabía que pensar.

— ¿Es cierto lo que dijo Sebastián? —Pregunto al gato.

Este la vio— Sí.

—Y-Ya veo… —Camino hasta sentarse en la silla del tocador.

—Aunque es un mujeriego es muy sexy.

Sara pego un brinco al ver esa mujer de nuevo en su reflejo.

—T-Tú.

La alvina sonrió ladeadamente— ¿Qué sucede me tienes miedo?

—Podrías dejar de asustarla —El felino salto al tocador y se sentó en el viendo el reflejo.

—Tck —Chasqueo la lengua la mujer a la vez que le diría una mirada gélida al gato—. Si tuviera el control de mi cuerpo te por seguro que te estarías ahogando ahora mismo.

— ¿La puedes ver? —Pregunto Sara, “Así que no es una ilusión, creada por mi mente” pensó.

—Lastimosamente si la puedo ver —El ceño del animal se frunció y vio a la mujer con fiereza, sus ojos se volvieron rojos sorprendiendo a Sara—. No te preocupes por ella, no puede hacerte daño.

— ¿Por qué ella está cada vez que me veo en un espejo?

—Adelante díselo —Alentó el reflejo bastante interesada en la conversación.

—Por el momento es mejor que no lo sepas —Sara iba a replicar—. Prometo que más adelante lo sabrás —Sara no sabía si el gato lo estaba pidiendo amablemente o estaba dando una orden, pero lo que si sabía es que esos ojos rojos era muy intensos y le daban escalofríos eran casi iguales a los de esa mujer.

—Cobarde… ¿Y tú vas a dormir con esa ropa? busca algo cómodo —Ordeno la mujer del espejo.

Sara hizo un puchero molesto sin entender que pasaba pero sabiendo que no obtendría respuestas, fue a buscar algo cómodo con que dormir, claro que no fue fácil, la mayoría era ropa muy reveladora y ella no tenía el valor de colocarse algo así.

—Oh vamos nadie te va a ver… Solo nosotros dos —Dijo la peli-blanca, aburrida—. Ese azul es bastante bonito.

Sara suspiro y se colocó lo más decente que encontró, un top morado que resaltaba su busto y short demasiado corto para su gusto, camino hasta su cama con un monto de preguntas en su mente, hasta que el cansancio fue mayor y se quedó dormida.

—Su cuerpo va a ser mío —Dijo la Sara del espejo muy segura de sus palabras.

El gato la observo de reojo en silencio— Todo depende de su fuerza de voluntad.

—Ella va a necesitar mi ayuda.

—Si logra controlar su akuma no mi, no necesitara tu ayuda.

La alvina sonrió secamente— El que el mar sea su aliado no quiere decir que estará protegida de todos los peligros que se avecinan… Necesitará mi ayuda te guste o no.

—Esperemos que ese día no tenga que llegar.