Una Gran Aventura en One Piece

Cap.28

Pov. Todos

—Piedra, Papel o Tijera.

Sara observo en silencio el repentino juego de piedra, papel y tijera, ella no entendía el porqué del juego.

—Realmente los hombres son unos idiotas —Dijo aburrido el gato entre los brazos de la chica, observando también el juego.

— ¿Por qué lo están haciendo?

—Piedra, Papel o Tijera.

—El que pierda dormirá en el sillón —Contesto el felino.

—Piedra, Papel o Tijera… ¡Sí! ¡Gane! —Dijo PJ.

— ¿Y porque? Hay cuatro camas, y ellos son cuatro.

—Piedra, Papel o Tijera.

—Bueno los hombres tienen el cerebro del tamaño de una nuez y creen que tú dormirás con ellos.

—Piedra, Papel o Tijera.

Sara río con gracia, aunque su sonrisa flaqueó por un momento— Yo no voy a dormir con ellos ¿Ver-Verdad? —Pregunto algo aterrada.

—Piedra, Papel o Tijera, ¡Gane! —Dijo Sebastián.

— ¡Claro que no! Tú tienes tu propio cuarto.

Sara suspiro aliviada, mientras que Sebastián se les quedaba viendo como ya había ganado mientras que Alex y Leo intentaban no perder, en el exterior él lucia tranquilo pero en el interior estaba estático, había podido escuchar toda la conversación de Sara y el mugroso gato, y eso que él estaba a una buena distancia de esos dos.

—Sera mejor que se detengan están haciendo el ridículo —Hablo Sebastián en voz alta acomodándose sus lentes—. Sara tendrá su propio cuarto.

— ¡Claro que tendrá un cuarto para ella! —Concordó el animal—. No puedo creer que pensaran que ella dormiría con ustedes.

El gato salto de los brazos de Sara y camino hacia la salida hasta la última puerta que quedaba, Sara que iba detrás de él, tomo la perilla y abrió la alcoba.

Esa habitación era el doble de grande que la de los chicos y al igual que la cocina era circular, lo que más destacaba de todo el lugar era el color rosa, todo era rosado.

—Nunca había visto tanto rosa en un solo lugar —Comento Sara.

Al frente de ellos estaba una inmensa cama matrimonial, con cuatros columnas en las equinas que tenían dorsales de tela trasparente, que fluía muy bien con el decorado, las sabanas eran de un tono más oscuro, había unas seis almohadas todas grandes y suaves, encima de la cama se encontraba de manera ordenada muchos muñecos de peluches que todos pudieron reconocer.

— ¡Un Happy! —Sara lo tomo y lo abrazo—. Qué lindo… También hay un Pikachu, Kon, Kurama, Kero… Creo que estoy en el paraíso —Expreso con una felicidad tan grande que hacía que sus ojos brillaban todos los chicos observaron esto con una sonrisa.

Una alfombra cubría toda la habitación su diseño era como un tablero de ajedrez con los colores blanco y rosado, a la derecha había un tocador con un inmenso de color blanco con detalles en dorado, un espejo ovalado bastante grande, encima de esto había toda clase de cosas que usaría una mujer.

En el cuarto había dos puertas y PJ se acercó a una y la abrió se escandalizo al ver en el interior.

— ¿¡QUÉ!? ¡UN BAÑO PRIVADO!

El cuarto de baño era aún más grande que el baño común, y esto se veía claramente al ver la tina en la cual podrían caber dos personas perfectamente cómodas.

— ¡Eso no es justo!

—Solo lo mejor para la mejor —Dijo el gato, PJ gruño pero no dijo nada más.

Sebastián por otro lado abrió la otra puerta encontrándose con un armario gigantesco, es más parecía otra habitación de lo grande que era, a los lados colgaba ropa para todo tipo de estaciones, colores, diseños y algo que le llamo sumamente la atención al fanático de la limpieza era que toda la ropa era reveladora, el no creía que Sara con su personalidad tan tímida usara esa clase de cosas, al llegar al final del armario ante él se alzaba una repisa llena de zapatos, de tacón, deportivas, sandalias de todo.

—Si mis hermanas vieran esto se volverían locas.

— ¿Y qué te parece? —Pregunto el gato expectante a la respuesta de Sara.

Ella sonrió— Es muy bonito —Dijo sinceramente a pesar de todo el rosa era bastante agradable.

Un gruñido se escuchó y todos giraron a ver a PJ.

—Creo que tengo hambre —Dijo avergonzado.

—Supongo que deberíamos ir a comer donde Crocus, al fin y al cabo nos invitó a cenar —Dijo Alex saliendo del lugar con una sonrisa ladeada.