Cap. 25

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Pov. Todos

Alex estaba seguro que una venita de irritación se había instalado en su cabeza al ver la escena al frente de él "¿¡Quien se cree ese viejo para tocarla con tanta confianza!?" pensó.

Se acercó hecho una fiera y separó las manos de un manotazo, asegurándose de darle un buen golpe al anciano a la vez que se colocaba protectoramente en frente de la chica, una vez hecho eso le mando una mirada fría a Crocus. Sara por su parte estaba más que agradecida de que alguien la ayudara a salir de ese momento tan incómodo, cuando le iba dar las gracias a su salvador sus palabras se quedaron atoradas en su garganta al ver la cara de molestia que tenía.

Crocus había cambiado su expresión a la de antes al ver la actitud del chico— Tranquilo muchacho —Con las manos en la espalda camino hasta la barandilla—. Por ahora curare a Laboo, cuando caiga la noche vengan a mi casa a cenar.

Aunque había hablado en plural, todos los chicos se habían dado cuenta que solo estaba invitando a la unica chica del grupo, en un acto de sincronización todos dieron un paso al frente, Crocus sonrió ante eso y saltó del barco cayendo en las rocas para dirigirse a la gran ballena.

Luego de que guardián de los cabos gemelos se hubiera ido; un incómodo silencio inundo todo el barco; Sebastian suspiro y se cruzó de brazos.

—Por el momento recorramos el barco —Todas las miraros se centraron en él, sin inmutarse prosiguió—. No tenemos nada mejor que hacer, ya que el gato no nos ha dado más información.

Esta vez todos observaron al gato, el cual ronroneaba de lo más contento en los brazos de Sara.

—Estúpido animal —murmuro Alex, muerto de celos "Lo que daría por ser ese mugroso animal" pensó.

Sara lo giro al ver con un poco de miedo, pero al ver la sonrisa coqueta que le brindo todos sus temores se fueron, sus mejillas se tiñeron de un rosa suave y desvió la mirada apenada, ese chico sin antes era lindo ahora estaba para morirse. Alex sonrió con suficiencia.

Sebastian frunció en ceño ante eso gestos, estaba más que seguro que ella estaba cayendo ante los encantos de Don Juan de Alex, antes no le había dirigido ni una mirada a la chica y ahora no le quitaba la vista... Mientras el pudiera, no permitiría que esa chica tan inocente le sucediera lo mismo que a sus hermanas.

—Bueno entonces vamos a explorar el barco —Exclamo divertido PJ con su misma voz, se acercó a Sara y la tomó de un brazo delicadamente y se la llevo a adentro, la peli-negra no pudo resistirse ante la monstruosa fuerza con la que era jalada.

—Alex —Llamo Leo seriamente, mientras se cruzaba de brazos—. Te conozco así que deja de coquetear con Sara, ella no merece que juegues con ella.

—Ja ¿Por qué debería hacerte caso? —Pregunto burlista.

—Alex...

—Alex lo que le hiciste a mis hermanas no tiene perdón y no se puede remediar... —Hablo Sebastián—. Pero mientras pueda no dejare que destruyas la inocencia de esa chica.

Alex frunció el ceño— Esto no les incumbe a ustedes dos... Además si ella me corresponde no podrán hacer nada —Dicho eso se dio la vuelta y camino directo al interior del barco.

Leo y Sebastián no iban a permitir que Alex se saliera con la suya, cuando el trío abrió la puerta para entrar al interior del barco se impresionaron al ver la gran cocina que se mostraba ante ellos. Leo fue el más emocionado de todos, olvidando la conversación anterior comenzó a inspeccionar el lugar con una brillante sonrisa que flecho a Sara en cuanto la vio.

Una Gran Aventura en One PieceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora