Pov. PJ
Las ganas de vomitar no se le iban, realmente solo había sido un mordisco y sentía que se quería morir, miro a los demás para tratar de distraerse del mal sabor y una cosa efectivamente atrajo su atención lo cual hizo que todo el mal sabor se le olvidara ¿Qué era? Pues al sujeto llamado Alex muy pegadito de Sara, no estaba seguro si era la escena al frente de él o lo que se había comido pero tenía un mal sabor en la boca.
Claramente Alex le esta susurrando unas cosas a Sara mientras le quitaba algunas lágrimas, sobra decir que ella estaba roja a más no poder, camino con la intensión de separarlos pero se puede decir que se le adelantaron.
–Miauuuuuu –chillo el gato escandalosamente, Alex del susto se alejo, el minino bufaba en su dirección, ja le agradaba ese gato.
– ¿Pero qué le pasa a ese gato? –dijo indignado Alex.
–Tranquilo todo estará bien –Sara le susurraba mientras lo mecía y caminaba por el lugar.
–Parece que no le agradas –dijo burlón.
–Si ya me di cuenta, desde pequeños los animales no me tienen mucha estima que digamos –dijo el mujeriego rascándose la cabeza incómodo.
–A todo esto, parece que comimos esas frutas por nada, la salida no apareció –dijo Sebastián un poco recuperado aunque estaba bastante pálido.
–Parece que tiene razón –a Leo se le estaba pasando la palidez poco a poco.
–Yo no estaría tan seguro –esa voz, no era de ninguno de los presentes, esa voz era realmente masculina, como la de un macho alfa o algo por el estilo.
– ¿Quién dijo eso? –pregunto viendo a los presentes.
–Yo –se volvió a escuchar, todos comenzaron a buscar la fuente del sonido– Estoy aquí.
–Kyaaaaaaa… –grito Sara lanzando al gato lo más lejos posible como si fuera una peste, el gato cayó al suelo en sus cuatro patas y con la cola levantada, camino ¿coquetamente? Hasta la mesa en la cual se subió, y justo cuando se volteo se pudo apreciar un ojo verde y otro azul, no lo podía creer hasta hace un momento tenia los dos ojos verdes y ahora… –El… ga-ga-gato hablo.
–Disculpa –dijo Sebastián el tono de incredulidad era evidente y no lo culpaba ¿Un gato que habla? ¿En serio? –Estás diciendo que el que hablo fue ese gato –señalo al felino al hablar.
–Si yo hable.
Cada uno en ese cuarto, en específico humano dio un paso hacia atrás– Lo…lo ven se los dije –Leo pareció regresar a la realidad cuando Sara dijo eso porque de inmediato se coloco al frente de ella de manera protectora, si el aún no estuviera en shock habría hecho eso él.
– ¿Qui-quien eres tú? –pregunto el único rubio.
–Soy el que los trajo aquí –ronroneo el gato mientras se sentaba en la mesa– Felicidades al comer las Akuma no Mi, se han convertido en usuarios, ahora están listos.
– ¿Listos para qué? –pregunto Leo aun incrédulo al hablarle a un gato.
El gato sonrió ¡Dios! ¿¡Eso era posible!?– Para cumplir con un capricho del destino.
– ¿Cómo? –pregunto confundido saliendo un poco del shock.
–Ustedes cinco son tan diferentes como el día de la noche, La Primera es tímida– dijo viendo a Sara, la cual se oculto aun más detrás de Leo– El Segundo es un mujeriego –dijo mirando a Alex, el solo se cruzo de brazo y vio al gato con el ceño fruncido– El Tercero es demasiado amable –volteo a ver a Leo el cual lo miro intensamente– El Cuarto es un pésimo cantante de rap.
– ¡Oye! –dijo indignado.
–El Quinto es un meticuloso perfeccionista del orden –dijo viendo a Sebastián, el levanto la barbilla orgulloso por esa palabras– Pero a pesar de todo tienen una cosa en común, todos ustedes son Otakus y por un capricho van a ser lanzados “literalmente” en One Piece.
– Ya me perdí –dijo sinceramente, no entendía lo que decía el gato.
–Me pregunto ¿¡Si podrán sobrevivir a pesar de sus diferencias en un mundo lleno de Piratas, Marines y Akumas no Mi!? –al terminar de decir eso, todo quedo en silencio, el gato se levanto camino hasta la orilla de la mesa y dio un impresionante salto hasta caer en la cabeza de Leo y de ahí saltar y por increíble que sonara al interior del suéter de Sara.
–Aaaah estoy casi seguro que ese gato es un pervertido –dijo sin siquiera pensar, Sara que estaba sorprendida por lo sucedido se sonrojo bastante por esas palabras, se golpeo mentalmente por su gran falta de tacto.
–Idiota –le dijo Alex.
El felino saco la cabeza y sus dos patas delanteras por el cuello del suéter– Se me olvidaba –dijo de repente– Ahora que son usuarios de las frutas del diablo no podrán nadar, así que procuren no caer en el mar –y dicho eso volvió a dentro del suéter.
El suelo comenzó a temblar de repente y un agujero negro en medio de la habitación apareció, haciéndose cada vez más grande– ¡Demonios! Aléjense de…de de eso –exclamo Sebastián pegándose a una pared, haciendo caso a sus palabras todos se pegaron a una pared, aunque era inútil el agujero era más grande con forme pasaba el tiempo.
La mesa callo dentro.
–Oh ¡Por Dios! no quiero morir así –dijo Sara con lágrimas bajando por su rostro.
–Mierda, Este no puede ser el final –Alex estaba aterrado.
–No era la forma en la que esperaba morir –había una sonrisa resignada en el rostro de Leo.
–Demonios, demonios, demonios –decía una y otra vez Sebastián perdiendo la cabeza.
El agujero cubrió toda la habitación– ¡Adiós mundo cruel! –dijo de manera dramática mientras caía dentro del agujero negro.
–Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…
–AAAAAAAAAAAAAAAAH…
–AAAAAAAHHHHHHHH…
–AAAAAAAAAAAHHH…
–AAAAAAAAAAAAHH…
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Una Gran Aventura en One Piece
Fiksi Penggemar//Reeditando// Ellos cinco eran tan diferentes como el día de la noche. La Primera era tímida. El Segundo era un mujeriego. El Tercero era demasiado amable. El Cuarto era un pésimo cantante de rap. El Quinto era un meticuloso perfeccionista del ord...