CAPITULO UNO

8.8K 103 7
                                    

He leído en un artículo de internet, que cuando nos reímos utilizamos quince músculos de la cara. Aunque no nos demos cuenta, quince músculos se mueven a la vez.

El mismo artículo decía que cuando gritamos, usamos trece músculos. Y cuándo andamos en bicicleta nueve.

Al parecer, cuando besamos a alguien es cuándo más músculos se mueven, treinta y cuatro músculos.

El artículo no lo decía, pero existen muchas clases de besos. Besos de pasión, besos de amistad, besos que no dicen nada y otros que lo dicen todo.

Quizá por eso un beso signifique tantas cosas. Porque después de darlo no es necesario hablar. Está dicho todo.

CAPITULO I

Un segundo, dos segundos, tres segundos... gritos, aplausos, lágrimas y después de todo ello el silencio. Tras la cuenta atrás salimos al escenario, para mí, todo era diferente, no era el mismo plató que había pisado todos los lunes desde hacía tres meses, hoy estaba diferente...

Todo estaba negro... un foco me no me dejaba ver más allá de la luz y empezaron a sonar los acordes de mi gran noche, ¿lo sería? ¿Sería esa mi gran noche?

Micro en la boca y entontes... su sonrisa, pude ver su sonrisa desde donde yo estaba, un beso al aire y mi cuerpo me dijo que me relajara, todo volvía a ser igual, estaba en casa.

Bienvenidos a la final de Operación Triunfo 2017- La voz de Roberto me volvió a la realidad. No lo podía creer, hoy acabaría todo. Lo tenía detrás y de vez en cuando me giraba y vergonzosa lo miraba y él siempre me estaba mirando, siempre con sus ojos llenos de verdad, de ilusión, de tantas cosas que decirme.

Sin darme cuenta todo había acabado. Amaia, mi gran amiga se había alzado con el premio pero para mí era como si hubiera ganado yo misma. Entonces lo vi, entre la gente y tendiéndome sus grandes brazos.

- Te he echado de menos- me atreví a decirle, no me salía nada más solo quería sentirlo así que metí mi cabeza entre su pecho y ahí quería quedarme.

- Lo siento cariño, merecías ganar aunque para mí tú ya eres la ganadora de todo esto, de mí. ­- ¿de él? Como que de él. Que quería decir... debió notarlo cuando bruscamente me aparté de sus brazos y le mire fijamente a los ojos- ya está, se acabó y ahora tenemos todo el tiempo del mundo por delante para hacer las cosas bien.

Y tanto que teníamos todo el tiempo del mundo, la vida ahora comenzaba para mí, para él, ¿para nosotros? Porque eso había querido decir, como podía tenerlo tan claro. Y entonces si me arrancaron de sus brazos. ¿Pero no teníamos todo el tiempo del mundo?

Nos metieron en un pequeño autobús y nos llevaron a la academia. Que tonta, ¡faltaba el chat!

A empujones subimos aquella escalera. Esta vez me parecía más luminosa que de costumbre. Una mano recorrió mi espalda ayudándome a subir. Sabia de quien era esa mano por cómo me tocaba, los pelos de mi cuerpo parecían tener vida propia cuando él me acariciaba. Jamás había sentido nada igual, con nadie.

- Vamos- me dijo mientras me besaba la frente- tengo tantas cosas que contarte. Por cierto, yo también te he echado mucho de menos.

Después de aquel chat sí que todo había acabado, ya solo tenía ganas de encerrarme con Luis en alguna habitación y que empezara a contarme cosas de su vida. Como ha estado fuera, si tenía alguna novedad, si había visitado a sus padres, como estaba todo fuera... Aún nos esperaba una fiesta. Una fiesta abarrotada de gente, con música, bailes y alcohol. El plan perfecto para perdernos un momento antes de que me reclamaran para volver a la academia, mañana teníamos entrevistas.

NO ES NECESARIO HABLARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora