- Uno de los relatos más maravillosos de la historia de la literatura, cuenta la historia de un pequeño príncipe que encuentra una rosa entre millones y para él, es la más bonita de todas: Al rato, se dio cuenta de que esas rosas no eran iguales a la suya y les dijo: "no son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin".
Sé que en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma y mi corazón. Esa rosa, existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos... Tú, Luis has hallado tu rosa, la tienes a tu lado, cuídala, porque es TU ROSA. Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrella – Las palabras de Amaia acabaron rompiendo definitivamente. La maldije por hacerme llorar de aquella manera, pero la queríamos tanto.
- Muchas gracias – Luis le dio un beso en su mejilla.
- ¡Amaia! – me lancé a abrazarla. . Te quiero
Después prometimos amarnos para siempre y nos entregamos los anillos. Todos aplaudieron con nuestro beso, sellando para siempre esta unión.
Salimos por el pasillo mientras la gente nos tiraba pétalos de flores y los niños no dejaban de soplar pompas de jabón.
De nuevo las lágrimas inundaron mis ojos cuando pasamos al jardín donde se celebraba el banquete. Todo estaba perfectamente cuidado. Las mesas redondas vestidas con grandes manteles blancos y sobre manteles de encaje llenaban todo el jardín. Sobre ellas platos, copas y cubiertos dorados. Centros florales que predominaban en rosa claro al igual que los lazos de las sillas y el tallo de mi ramo. Al fondo, letras gigantes de luz una L y una A y otras que ponía MUSIC cerca del escenario donde actuaria la banda. Farolillos, banderas de tela y pompones de papel en color blanco y rosa claro. Una gran mesa dulce donde estaba la preciosa tarta blanca, sencilla con adornos en rosa claro. Todo estaba perfecto.
Al sentarnos empezaron a servir la cena. Luis y yo nos cogíamos de la mano. Estábamos tan orgullosos de cómo estaba saliendo todo. De ver allí a la gente que queríamos. No faltaba si sobraba nadie. De vez en cuando, nuestros amigos se acercaban para charlar con nosotros, se levantaban para brindar o gritaban que besen.
Cuando llegó el momento de partir la tarta, todos se levantaron para ver mejor el momento. Luis cogió fuerte mi mano y me puso delante de él. Corté la tarda y me giré para verle. Nos besamos mientras la gente aplaudía y llegaba el momento de abrir el baile.
Teníamos claro que no se nos daba bien bailar, ni siquiera queríamos hacerlo, pero nuestros padres se empeñaron en que debíamos hacerlo. Llegados a ese punto decidimos que no queríamos hacer como hace mucha gente, se apuntan a clases de baile solo para ese día, siguen bailando mal y se nota, queda postizo y feo. Nosotros queríamos limitarnos a darnos amor.
Los primeros acordes de Thinking out loud de Ed Sheeran empezaba a sonar. Luis de nuevo cogió mi mano y me acompañó hasta el centro de la pista de baile.
- ¿Qué hacemos? – le pregunté vergonzosa.
- Tu déjate llevar cariño - me aceró a él y me cogió por la cintura
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NO ES NECESARIO HABLAR
RomanceTodo estaba en calma, como esa calma que aparece antes de un tsunami... demasiada calma para tanto tsunami, pero realmente, entre él y yo, no era necesario hablar de hecho entre nosotros, las palabras sobraban demasiado.