CAPITULO CUARENTA Y DOS [PARTE 1]

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- Buenos días mi vida – dije esparciendo besos por toda la cara de mi pequeña – venga abre esos ojazos que ya es de día. – empecé con las cosquillas.

- ¡mamá! gritó Julia mientras no podía parar de reírse.

- ¿Estas preparada? – le pregunté sin dejar de mirarla. Ella asintió sin borrar la sonrisa de su boca. – Es nuestro día de chicas.

- ¿Pero solo vamos tú y yo verdad? – asentí. - ¿Alberto se queda?

- Si cariño solo mamá y Julia.

- ¿Y papá? – preguntó la niña colocando su dedo índice sobre su barbilla. Era algo que hacía sin darse cuenta y que me recordaba tanto a él.

- Papá tiene trabajo cariño.

- Jo, pobre papá – dijo lastimosa.

- ¡Oye! ¿Y cuándo mamá trabaja, que? – volví a las cosquillas – además es plan de chicas ¿acaso papá y Alberto son chicas?

- ¡No! – negó moviendo fuerte su cabeza.

- Pues ya está, mamá y Julia que son las chicas de la casa. – la puerta se abrió y un adormilado Alberto rascándose los ojos entro en escena. – Mira – le dije a Julia - por aquí llega nuestro terremoto.

- Ven Alberto – le dijo Julia invitándole a subir a su cama abriéndole la colcha para que se metiera dentro.

- Oíd chicos. Vosotros sabéis que sois lo más importante para papá y mamá ¿verdad? – los niños asintieron sonrientes – Que os queremos más que nada y que pase lo que pase somos una familia, que nos tenemos que querer todos ¿verdad? – Julia asintió - ¿Alberto?

- Tiii – dijo gracioso.

- Así que cuando llegue el bebé, vamos a quererle y a cuidarle mucho, porque también va a ser uno más de la familia.

- Aunque venga más tarde – dijo muy segura Julia.

- Sí cariño, aunque haya llegado más tarde – continué.

- Alberto también llegó más tarde que mi – dijo de nuevo.

- Que yo, se dice que yo – acaricié su pelo.

- Que yo nooo. tu tarde – dijo Alberto medio enfadado.

- ¡Que no! que yo soy la mayor – últimamente tenía esto muy presente. – tu eres el pequeño – señalándole.

- Claro Alberto. Primero papá y mamá decidieron tener a Julia, después decidimos tener a Alberto y así nunca estaríais solos y ahora papá y mamá han decido tener un nuevo bebé. Un hermanito ara vosotros. Para que podáis jugar a muchas cosas y nunca os aburráis.

- Sí porque si somos mucho, pues podemos jugar a muchas cosas – añadió de nuevo Julia.

- A a a tondite – se unió Alberto.

- Pues claro, pero bueno, que muchos más no vamos a ser eh chicos. Y quiero que me ayudéis, porque cuando nazca el bebé voy a necesitar muchos ayudantes – los niños sonrieron cómplices – para darle el bibe, cambiarle el pañal...

NO ES NECESARIO HABLARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora