Había pasado una semana desde que nos habíamos visto. La semana pasada viajé a Madrid con mi prima Olga, había decidido que ella sería la que me acompañaría a todos los sitios como una especia de ayudante bueno más bien era mi manager, no me gustaba viajar sola ni estar en los hoteles sola, de hecho me parecía bastante triste, allí rodamos Ana y yo el videoclip de Lo Malo. Hablaba todos los días con Luis por teléfono y por mensajes pero cuadrar horarios para vernos era toda una locura – estate tranquila cariño, esto se tranquilizará.- me decía él mientras yo lloraba por no poder vernos.
Sin avisar y por sorpresa se presentó una noche en la puerta del hotel, lloraba de alegría, de cansancio de sorpresa, vamos mi cuerpo era un boomerang de emociones.
- Luis qué bueno que estás aquí. No sabía cómo, no tenía ni idea de cómo podía hacer para estar contigo.
- Bueno pero ahora estoy aquí ¿no?- dijo sin dejar de soltarme.
- Pero mañana me vuelvo otra vez.
- Ya pero en dos días estoy allí ¿recuerdas?
Aquella noche dormimos abrazados sin separarnos lo más mínimo. A la mañana siguiente Mi prima y yo abandonamos el hotel antes que Luis. Debíamos volver a Barcelona, solo eran dos días, dos días y nos volveríamos a ver para los ensayos del concierto en Barcelona. Tres días solo para mí, para disfrutarlos juntos. Tenía tantas ganas de que empezara la gira y así poder estar todo el tiempo juntos.
- Venga papá que se me hace tarde. –le grite desde la cocina a mi padre que seguía mis pasos desde el salón. La casa había amanecido temprano. Yo corría de un lado a otro. No quería que se me olvidase nada.
- Pero puedes tranquilizarte, aún queda una hora.
- Bueno pero no quiero llegar tarde.
- No sí al final llegaras la primera.
Llegué al hotel en compañía de Raoul y Nerea. Como mi padre había avisado, éramos los primeros en llegar así que nos fuimos a recepción para el reparto de habitaciones. Allí una de las chicas de producción nos dijo con quién dormiríamos cada uno y que el resto de nuestros compañeros llegaría en unas horas.
Para aquella ocasión me tocó compartir habitación con Mireya, me sorprendida aquel reparto, no tenía muchas cosas en común con ella pero no nos llevábamos mal, era una buena chica y siempre lo pasaba bien a su lado. Como el resto de mis compañeros no llegaban hasta tarde, habíamos quedado en salir a tomar algo. Me estaba arreglando cuando llamaron a mi puerta.
- Ya voy Raoul, dos minutos –dije gritando desde el baño de la habitación. Pero seguía insistiendo así que tuve que levantarme a abrir. - ¿Luis? Cariño – dije mientras me abalanzaba sobre él. – Nos dijeron que llegaríais tarde.
- ¿Bromeas? ¿Cómo iba a perder el tiempo sabiendo que tú estás ya aquí?
- Ay pero, ¿Cómo eres tan mono?
- ¿Y tú tan guapa?- decía mientras me besaba, cada día necesitaba más sus besos. Me atraían, estaba enganchada a ellos.
Cada segundo más, y más, y mucho más... Oí mi teléfono sonar al fondo hasta tres veces pero yo no podía parar, no podía escapar de él –no paran.- decía mientras maldecía aquel aparato que no paraba de sonar. Pasamos una tarde muy entretenida recuperando el tiempo que habíamos perdido durante estas semanas.
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NO ES NECESARIO HABLAR
RomanceTodo estaba en calma, como esa calma que aparece antes de un tsunami... demasiada calma para tanto tsunami, pero realmente, entre él y yo, no era necesario hablar de hecho entre nosotros, las palabras sobraban demasiado.