WooSeok

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(Pov Hoseok)

Mi ex-novio, mi maldito ex-novio celopata. Jung Woo Seok.

Ese chico con un fuerte olor a menta fresca, mi primer amor, mi todo. El alfa supremo de mi manada ¡Joder! ¿Por qué él, por qué ahora?

-Te extraño tanto, Hoseokie.- su respiración choco con mi cuello, causando un millón de revuelos en mi estómago.

Negarme a extrañarlo, sería mentirle, mentirme y hacerlo pensar que tengo pareja. Aunque lejos de la realidad no estaría. Tampoco quiero que maté a Yuna.

-Woo Seok~- susurré, intentando dar la vuelta entre sus brazos. Sabía que cualquier cosa a oídos de ese chico sería usado en mi contra.

-Dime que me extrañas, Hoseokie.- el olor a alcohol no era lo peor, sino aquel olor a sexo y a su celo.

Quede frente a él, recordando la razón por la cual le grité que si hace cuatro años. Era hermoso, inclusive ebrio seguía siendo el chico más bello que jamás haya visto.
Su sonrisa se ensanchó al verme, al igual la mía hizo presencia.

- Te extraño.- subí mis manos a sus rojas mejillas, secando las lágrimas que salían cual río.- oye ¿qué sucede?- el almacén estaba medio vacío, así que pude escuchar con claridad como hipaba.

- Hoseok, hagamos el amor.- detuve los movimientos de mis dedos al escuchar aquello.

- Seok, sabes que no podemos.- baje la mirada, triste, recordando todo aquello por lo que pasamos.

- Hoseok, llévame a casa.- su rostro se veía más delgado y pálido de lo normal, ¿Qué estará pasando con él?

- ¿Dónde viv...- sus manos fueron a cubrir mi boca.

-Mi casa es junto a ti.- suspire sin ánimos de discutir. Llegar a una conclusión con ese hombre sería imposible y más en el estado que se encuentra.

No me quedaba más opción que infiltrarlo en mi manada, solo esperaba que nadie se diera cuenta.

Subimos las escaleras del departamento donde vivo, a tropezones. Un Omega no tiene la fuerza de un alfa, ahora lo noto.
Abrí la puerta con dificultad, WooSeok parecía no querer cooperar.

- Bien, te prepararé el cuarto de invitados. El baño está en esa puerta azul, báñate.- dije tranquilo. Él pareció no molestarse por mis órdenes y las siguió son quejas.

Suspiré estirando la almohada, el que un alfa este en mi casa parece una locura, conciderando aún más el hecho de que está en celo y la condición bajo la que me manejo.

-Hobi, hagamos el amor.- sus manos se enredaron en mi cintura una vez más, dándome la vuelta de uno solo, con experiencia.

-WooSeok, he dicho que no, nosotros ya no somos de la misma manada.- baje la cabeza. La vida me odia.

- Omega, haremos el amor.- chillé al sentir su voz de mando, ningún Omega puede negarse.

- Si, Alfa.- respondí sumiso.

Aunque pareciera anticuado, en Gwangju, todo seguía siendo regido por manadas. Mi familia y yo, pertenecíamos a la manada del sur, pero un problema entre alfas por mi madre, hizo que nos echaran. La manada este nos recogió. No todo es tan fácil como cambiar de una manada a otra, fue todo bajo una condición. Mi hermana y yo no podíamos tener una esposa o esposo, eso, hasta que el Alfa mayor nos haya otorgado uno o una.

Y ahora estaba quebrantando esa regla junto al alfa supremo de la manda sur. No sabía si me arrepentiría después.

- Seokie~- enrede mis dedos en su sedoso cabello, arqueando la espalda al sentir su primer dedo entrar en mí.

PRECIOSO PATÁN *V-HOPE OMEGAVERSE*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora