Kara es una prestigiosa estudiante en la secundaria, pero está completamente enamorada de una persona tres años más grande que ella y no pudo conocerla bien ya que para Kara era su primer año en la secundaria y para la otra persona era su último. ¿...
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"El resplandor de tu mirada es el único suéter que necesito." Sanober Khan
Ante la confrontación que tuve con mi profesora Arias, mejor dicho ante las secas palabras de los términos que quería para mi y mi vida privada. Mi única reacción que tuve fue salirme de su oficina sin ver a los ojos a Samantha. Solo me quedé por unos minutos pensando fuera de la oficina de ella.
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Muchas preguntas llegaban a mi mente en estos momentos, el motivo de su directa me vino como un balde de agua fría para mi, no entendí el porque se refería en que me mantuviera lejos de Lena.
Diversos pensamientos se presentaron, como si Lena tuviera alguna relación sentimental con Sam; sin embargo, lo descarte porque lo que me había dicho Maggie de que la entrenadora es hetero.
Otro pensamiento surgió fue que Sam estaría algo pillada por Lena y era más su frustración en no poder ser más que simples amigas. Por último pensamiento fue que tal vez Samantha se dio cuenta que yo estoy pillada por Lena y sugiere que este alejada de ella por mi propio beneficio.
En cuanto si estaba pensando seriamente en alejarme de Lena, ni se me paso por la mente. La verdad no lo consideraba como una opción que me daba Sam, prefería descartarla y no importaba nada lo que me hiciera sufrir con su educada advertencia de mi querida profesora Samantha .
Prefería mil veces consolar a Lena y que ella tuviera en claro que siempre estaría dispuesta para cualquier cosa, así sea que me llame a las 3 o 4 de la mañana para que la ayude con una llanta ponchada u otro problema. En definitiva siempre estaré para Lena las 24 horas del día los 365 días del año.
En el tiempo en que trate de controlar mis impulsos para no regresar a la oficina de Sam y gritarle de porque se atrevía a imponerme reglas en mi vida, decidí que era echar leña más al fuego.
Por lo que decidí en caminar para la salida con la cabeza cabizbaja y no me había dado cuenta que alguien entro.
Chocando al instante, pero al ir caminando sin alguna fuerza fue como estrellare en un muro solido y termine en el piso, otra vez.
