(Por favor, lee la nota del final, gracias, besitos)
No te lo crees.
De verdad, no te lo crees.
Da igual si todas las revistas están repletas de fotos de Luke con su nueva novia. No te lo crees. Es imposible no darse cuenta de su sonrisa forzada, sus mejillas tensas y sus manos dobladas. Venga ya. No te lo crees. Es un cobarde que no ha sido capaz de decirte la verdad, sea cual sea. A ti no te vale una exclusiva en la revista que siempre lees porque conoces a ese chico como la palma de tu mano y sabes que hay algo más. No eres tonta. No te lo puedes creer.
- ¡Luke!
Levanta la cabeza de la mesa y se escurre en la silla. Lo conoces tan bien que sabías que estaría en esa cafetería a esa misma hora.
Tiras la revista sobre la mesa, mirándole enfadada. Él, echándole un vistazo a la portada, sonríe nervioso y se pone de pie. Antes de poder alejarse, tiras de su brazo y se vuelve a sentar.
- Eres un cobarde.
- ¿Por qué?
- Porque no eres capaz de contarme qué pasa.
- Ya te he dicho lo que pasa.
Ríes sin ganas.
- ¿Recuerdas que estuvimos juntos más de tres años? - asiente - ¿Y recuerdas que de tonta no tengo ni un pelo? - asiente - Pues más te vale, aunque sea por respeto, contarme qué narices te ha hecho cortar conmigo.
Traga saliva y mira a su alrededor. Estás llamando la atención, pero te da igual. Es más, te alegras. Así la chica de la portada sabrá que hay una ex celosa dispuesta a decir toda la verdad.
- No es el momento ni el lugar.
- No me vaciles, Luke.
- De verdad, es que... - suspira y mira a otro lado. - Voy esta noche a casa, ¿si? Y hablamos.
Con ello, se levanta y se va.
A casa.
No a mi casa, sino a casa.
Este tío es un cobarde.
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