Ashton no paró de mirarte durante el trayecto en coche. Era una sorpresa, y él sabía perfectamente lo mal que llevabas estos momentos. La incertidumbre era tan grande que tardaste más de la cuenta en bajar del coche.
- ¿Dónde estamos?
No había nada. Ni hoteles, casas, barcos o paradas de autobús. Ashton te había llevado a la nada, sin más que un coche repleto de comida y poco más.
Te diste vuelta sobre ti misma, alucinando por donde habías llegado.
- Ayer dijiste que estabas muy estresada, así que pensé que seria buena idea crear nuestro propio retiro. - dijo sacando una caseta de acampada del coche.
Y así, sin más, pasaste un fin de semana en medio de la nada, con el chico más maravilloso del mundo y un montón de galletas para comer.