No vas a mentir.
Toda la seguridad y tranquilidad que estabas teniendo, se esfumó tan pronto como él te miró. Toda aquella confianza que asegurabas tener en ti misma, voló fuera de tu cuerpo hasta estamparse contra la pared.
Él no tenía que estar ahí. Tú ibas a tener una entrevista con la directora de la empresa, no con él.
Intentando contener los nervios, te sentaste y sonreíste a la señora. Luke no te quitaba los ojos de encima. Estaba tan asombrado como tú.
- Buenos días. ¿Estás preparada?
- Sí, claro. - mentira.
No pudiste evitarlo. Te dejaste llevar por la tensión del momento y lo observaste de reojo. Seguía mirándote. Y, dándote un vuelco el corazón, notaste como te sonreía y se sonrojada.
- Empecemos. - la señora carraspeó y sacó varios folios de su carpeta. - ¿Cómo te llamas?
Luke respondió antes que tú.
- Oh, vale. - apuntó tu nombre. - ¿Se conocen?
- No. - respondiste enseguida, roja como un tomate por la vergüenza.
- Sí, es mi ex. - sonrió Luke, picándote.
Esto no está pasando como tú habías planeado.
Te removiste incómoda en la silla, suspirando para calmarte.
Tú puedes con esto, te dijiste.
- ¿Lo eres?
La directora te miró con una ceja levantada.
¿Acaso importaba?
- Algo así. - murmuraste, enfadada.
- Vale, bien. - carraspeó de nuevo y miró hacia Luke. - Voy al baño, sigue tú con la entrevista hasta que vuelva.
Y se marchó.
Y Luke se apoyó sobre la mesa para verte de cerca y sonreírte como un niño pequeño, como si te hubiese roto el corazón hace un año.
- Tú no deberías estar aquí, Luke.
- El destino, preciosa.
¡Hola! 40 votitos y subo la última parte.