Living with 5SOS.

10. Sí, estuve con Alexandra.

"Don't stop, doing what you're doing, everytime you move to the beat, it gets harder for me and you know it, know it, know it."

Don't stop - 5 seconds of summer.

10. Sí, estuve con Alexandra.

Luke's POV:

-Dios, no -murmura revoleando sus ojos-. Yo venía a... ¿y ésta quién es? -pregunta mirando a Alex.

-Alexandra. -respondo desinteresado.

-¿Y dónde estabas con... ella?

-En mi habitación.

Vale, eso no suena bien.

-E-en mi cama. -me apresuro a decir, queriendo arreglarlo.

Perfecto, eso suena peor.

-¿Me estabas engañando? -expresa, fingiendo estar compungida.

-No, nosotros sólo...

-¿Cómo pudiste? -pregunta con una mano en su pecho.

-Sophia, no...

-No puedo crees que me hayas hecho esto. ¡A mí!

Dios.

Drama queen.

-Si me dejaras expli...

-Estabas tirándote a otra, Jesús, mientras yo volvía de mis vacaciones.

Es que no le pego porque estoy en contra del maltrato animal.

Comienzo a sentirme exasperado. Entre Sophia, que no para de llorar falsamente, y Alexandra, que mira a la rubia como si quisiera acariciarla con un martillo; yo me siento cada vez más nervioso. No sólo por la situación, sino porque no sé qué hacer.

-¡SÍ! -grito, ya harto-. ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡He estado con Alex! ¡Joder!

Sophia me mira boquiabierta, pero mi nueva compañera me observa sonriente, como si hubiera entendido mi explosión.

-E-es q-que... -tartamudea mi ex-. Tú no podrías.

-¿Qué no podría? -pregunto enfadado.

-Engañarme. Dios, no sé cómo he podido siquiera pensar en eso. Quiero decir: uno, eres demasiado tierno como para hacerlo; y dos, ella es demasiado fea. Y su ropa no combina. -añade, como si tener ropa que no combinara fuera délito federal.

-Tengo una numeración para ti: uno, eres demasiado puta; y dos, demonios, tu novio folla demasiado bien. -responde Alexandra.

Sonrío estúpidamente; ella es genial. Sólo... genial.

-No soy tan crédula, estúpida. Sé que ustedes no...

-Si quieres te muestro el condón.

-¡AGH! -chilla Sophia-. Ni te atrevas, mujerzuela.

-Eres tú la que no cree. -digo.

-No lo creo, porque sé que no es verdad.

Es mi momento de ser un total hijo de perra.

-Le he dado tan fuerte que la pobre no puede ni caminar, ¿sabes? Hasta hace poco no podía ni levantarse de la cama. Creo que he escuchado como la cama se rompía cuando intentamos aquella posición de...

-¡Cállate! -lleva la otra mano a su pecho, y me mira con sus ojos color caca, digo, marrón-. ¡No puedo creer que lo hayas hecho! ¡Te odio! ¡Terminamos! -suelta la rubia, no podiendo soportarlo más.