"It's cold outside, and I'm not quite, ready for, the morning light. My hands are tied, cause if I tried to leave this place, I'd surely die."
I'll surely die - The Rubens.
21. Peñayos, la llama.
Alex's POV:
William me está mirando fijamente, esperando que hable. Estamos en el salón de Química Artística (sí, hay química del arte). Estoy sentada sobre el escritorio del profesor, con las piernas cruzadas, y él está apoyado sobre una de las mesas de trabajo de granito. Inhalo fuertemente y comienzo.
-No sé qué es lo que quieres escuchar.
-¿Cómo llegaste a Chelstwire?
-En avión. -respondo irónica.
-Alexandra. -me regaña, con el ceño fruncido.
Suspiro. Qué insoportable.
-Papá me obligó, luego de lo de California.
-¿Qué sucedió en California? -pregunta.
Como si no lo supiera.
-¿No lo sabes? -pregunto atónita-. Digo, me controlabas todo el tiempo, supuse que lo sabrías.
Una mueca cruza su rostro ante la palabra "controlar". No entiendo qué es lo que le repugna, si es la verdad.
Abro la boca, y comienzo.
-Estaba cansada de todo. De papá, de los negocios... de Los Angeles. Mamá había fallecido hacía tres meses, y yo vivía encerrada en mi habitación. Jeremy nunca estaba en casa, y creía que comprándome vestidos y maquillaje, recompensaría el tiempo que no estábamos juntos. Lo único que siempre le importó más que su familia, fue el dinero. Sólo te veía a ti. Pero también me cansabas. Me decías qué vestir, cómo caminar, si debía hablar o no. Pensaba que así funcionaba una relación, porque mi madre nunca me había hablado del amor, ya que era pequeña. Era infeliz.¡Tenía sólo 15 años, William! ¡Y tú me tratabas como una marioneta! -grité. Mis ojos estaban aguados, pero nunca me permitiría llorar frente a él-. De todas formas. Tomé el primer vuelo a la primer ciudad del cartel del aeropuerto, a cambio de no estar más en LA. Era la hija de Jeremy Jaxxon, el "ángel de Hollywood", ¿quién se preocuparía si era menor, o si viajaba sola? Tan sólo querían un autógrafo. Y terminé en California. Sola, con un bolso de Hello Kitty, sin amigos, y con 300 dólares, que había sacado de mi chanchito. Estuve una semana allí. Me hospedé en un hotel de mala muerte, que sólo por una foto conmigo, me había cobrado la estadía 70 dólares. Apagué mi móvil, para que nadie me encontrara. La primer noche salí y terminé en un lugar llamado "Nightwish". Estaba rodeada de mujeres con poca ropa, muchachos sin remera, sudor y alcohol. Me senté en la barra; el barman me tendió una copa, con un líquido tranparente, y señaló a un chico al otro lado de la gran barra de madera. Lo probé. Era vodka. Pero no en su totalidad. Creo que tenía una especie de éxtasis, porque a los pocos minutos me sentía eufórica, y con ganas de hacer de todo, menos dormir. Y así pasé una semana. La misma discoteca. La misma bebida. La misma droga. Todo consistía en bailar y besar. Y despertar el día siguiente en cama ajena, con un cuerpo desnudo al lado. Perdí mi virginidad, joder. -eso último dicho, desencadenó una serie de pinchazos en mi estómago. Tenía sólo 15 años, Dios. Y ser virgen era una de las cosas que quería conservar hasta el matrimonio-. Un día desperté en un apartamento, rodeada de dólares. Y policías. Me esposaron y me llevaron a la comisaría. Tenían un vídeo mío corriendo con un muchacho, que tenía un bolso deportivo colgado de su hombro, el cual dejaba un rastro de billetes a su paso. Era el chico de Nightwish. Estuve en prisión preventiva casi dos semanas. Papá llegó de LA echo una furia, y con un séquito de abogados detrás. Pudieron demostrar que estaba bajo el dominio de las drogas, y que mi participación en el robo no fue consentida por mí. Mi padre se encargó de que la prensa no dijera nada y pagó una importante suma de dinero para que sólo cumpliera 168 horas de servicios comunitarios. Estuve yendo a psicólogos, como si los hechos ocurridos me hubieran marcado de por vida. Y luego nos quedamos a vivir en Californía. Papá renunció a Hollywood, aunque para dedicarse a algo del mismo ámbito: empresario publicitario. Digamos que hacía lo mismo que un mánager. Y bueno, aquí estoy, en la Universidad de Chelstwire, cursando la carrera de Bellas Artes.
William había estado escuchandome sin pronunciar palabra, asintiendo cada tanto, sin quitar sus ojos de mí.
-¿De verdad crees que te controlaba? -preguntó, con un dejo de angustia en su voz.
-¿Me lo dices enserio? Eras el peor novio, si es que eras eso, que una chica de 15 años pudiera desear.
-Sabes que yo no... Yo no... Yo no quería ser así. Es que mi padre me obligaba a salir contigo para que Jeremy firmara un contrato con su empresa, porque pensaba que si él te veía a ti feliz conmigo, no iba a prestar demasiada atención al papeleo, y sólo pondría su firma. Yo te veía como una carga, Alex. Sin ofender. Pero salía contigo porque no tenía otra.
-¿Te crees que no lo sé, William? Lo único que no entiendo es que si realmente ese contrato valía la pena, tanto como para que yo me escapara a California, porque estaba cansada de ti.
Controla las lágrimas, Alex.
William no dijo nada más. Sólo se quedó parado mirando al piso.
-¿Sabes? Déjalo así. Yo seguiré pensando que eres un hijo de puta, y tu seguirás pensando que era un estorbo, y que lo sigo siendo. Y todos felices; nada cambia. Así que ahora me dejas en paz y te vas por donde viniste. -respondo enojada.
Tomo mi bolso y salgo de allí tan rápido como puedo. Mi pulso tiembla al poner la llave en la cerradura de la puerta, y tardo bastante en encontrar la calma, y hacerlo correctamente. Pero al abrir la puerta, no están ni Michael, ni Luke, ni Ashton, ni Calum.
Hay una llama.
De esas que tienen pelo.
Y patas.
Y orejas.
Y de las que no hay en Inglaterra.
-¡PEÑAYOS! ¡VEN AQUÍ! -grita un Calum con la remera desteñida.
-¿Peñayos? -digo atontada-. Calum, ¿qué mierda pasa acá?
-Así rapidito -dice apurado-: mi primo me dijo que cuidara a su llama, Peñayos, sólo por hoy, porque debía irse, y bueno, ella -la llama protesta, soltando un... ¿gruñido de llama?-, agh, está bien, ÉL, tiró lejía sobre mi remera, y ahora no quiere comer.
Creo que mi cara está desfigurada ante todo esto.
Miro a Peñayos directamente.
Pero él/ella lo único que hace es salir corriendo por la puerta.
-¡PEÑAYOS! ¡QUE VENGAS AQUÍ, JODER!
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HOLA VENGO A SER SENSUALLLLLL.
BUENO, NO.
HOLA NEGRAS PEREJILAS.
COMO PROMETÍ, EL CAPÍTULO.
PENSABA SUBIRLO MÁS TEMPRANO, PERO DIJE: "NO, PORQUE HAY ALGUNAS QUE DEBEN LLEGAR A LAS 5 A SU CASA"....
NO, MENTIRA, NO TENÍA GANAS.
ESTABA COMIENDO FROOT LOOPS CON MI HERMANO MIENTRAS VEÍAMOS VIDEOS DE TOWN JUGANDO THE WALKING DEAD.
YA SABEN (Y AHORA ESPERO QUE ME DEN BOLA), COMO SIEMPRE DIGO, SI TIENEN ALGUNA PREGUNTA, POR MÁS TONTA QUE SEA, ME ENCANTARÍA RESPONDERLA.
Y AGRADEZCAN, PORQUE ME DUELEN LOS DEDOS DE TANTO ESCRIBIR.
OK, NOS VEMOS EL PRÓXIMO VIERNES :))))))) (papadita jeje)
LAS AMO MUSHO MUSHO MUSHO MUSHO ASÍ |-----------------------------------| DE GRANDE Y MÁS.
AH, QUIERO AGRADECERLES PORQUE HABÍAMOS LLEGADO AL #45 DE FAN FICTION Y AL #85 DE HUMOR :) LAS AMO BEBITAS.
ESTO VA DEDICADO A ZOUII_OK, o algo así, QUE ME PIDIÓ UNA DEDICATORIA. SI USTEDES QUIEREN UNA, TAN SOLO ME DICEN, ¿SÍ, QUERIDAS?
LAS AMO, NOS VEMOS EL VIERNES QUE VIENE.
#ViernesDeJodaYDeLivingWith5SOS ahr #PeñayosLaLlama
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Living with 5SOS.
FanfictionVivir en California, bajo la presión de papá por ser 'hija perfecta' no era fácil. Menos cuando tenía una pequeña obsesión por los hombres. Sí, no era la santa del instituto, se podría decir. Ahora, con veinte años, estoy en la UCW, la universidad...