17: Límites

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Capítulo 17: "Límites"
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Romina cerró la llave del agua rápidamente y se secó s manos en el delantal cuando escuchó el motor del auto estacionarse frente a la casa.

No tenía intenciones de quedarse a cocinar después de que terminara de limpiar los cuartos y regar las plantas. Pero a eso de las once el señor Kim la había llamado al móvil a preguntarle por el número de su cuenta bancaria.

Quiero que compres carne para los chicos, hicieron un buen trabajo hoy y quiero compensarlosㅡle explicó. Su voz sonaba saturada, como si estuviera en la calle, o en un lugar cerrado lleno de genteㅡ. Ya se que les gusta tu comida así que confío en ti para que prepares algo delicioso. Me tengo que ir, gracias de nuevo, Romina. Eres un ángel.

Y sin decir más nada, terminó la llamada.

Romina suspiró. Ni siquiera le dejó dicho a qué hora llegarían a comer, pero había asumido que por la llamada tenía que ser a eso del medio día.

Así que cuando escuchó la puerta principal abrirse y un familiar coro de voces sacándose los zapatos, suspiró aliviada. Al menos había adivinado correctamente y la comida no iba a terminar enfriándose en la mesa.

La carne estaba casi lista, y las hojas de lechuga limpias y puestas en bandeja. Todos los acompañantes frescos, picados y alineados en la mesa junto con las jarras de agua de menta y limón. Había ido incluso más allá y comprado un ramo de margaritas en el mercado para decorar el centro de mesa. Y amarillas, porque harían juego con los individuales de rayas negras del señor Kim.

Espera...

¿Sería ya mucho?

¿Y si se estaba esforzando demasiado?

¿Y si ellos la miraban como un bicho raro por toda la pompa con la que había hecho este almuerzo?

Era la primera vez que ponía la mesa para ellos. No sabía si eomma Won lo hacía, pero cuando le tocaba cocinar solo servía los platos y cada quien se iba a comer donde estuvieran pasando el rato. Jungkook, Tae y Jimin en la sala viendo películas, o jugando en la consola, y Joon-oppa y Suga-nim casi siempre se iban al segundo piso.

Pero hoy era diferente.

El señor Kim le había encargado a ella por teléfono preparar una buena cena, y en ese caso, según la abuela Eva, lo más importante era la presentación. "O hacés las cosas bien, Romina, o mejor ni te pongas, ni te ofrezcas". Hasta podía escuchar su voz nasal recitándole la cantaleta al oído.

Su abuela siempre daba todo de sí cuando preparaba las cenas familiares. Primero le hacía aseo la casa, para que el aire oliera a limpio. Segundo, sacaba los manteles bordados, la vajilla cara y los centros de mesa de macramé, llenaba la casa con flores olorosas y quitaba los forros de los muebles. Pero cuando se metía en la cocina, ahí era cuando la verdadera magia comenzaba.

Sus manos preparaban delicias con una sazón que le hacía la boca agua hasta al más exigente de los comensales. Una sazón que Romina envidiaba, y que ni con los años de cocinar junto a su abuela había podido aprender por completo.

Ah, si tan solo su abuela estuviera aquí en ese momento. Pero hacer que una mujer que toda su vida vivió en la misma casa, en la misma tierra, se calara un viaje de casi dos días en avión era pedirle peras a los olmos. Además, si bien su abuela sabía todos los secretos de la cocina colombiana... No estaba muy segura que tuviera algún consejo para darle en la preparación del bulgogi.

La medida justa de miel, aceite de sésamo y salsa de soya para marinar la carne, o la cantidad de algas y pastas para el caldo, o la temperatura correcta para asar los pimientos verdes con el ajo.

Bangtan Next Door! [BTS] || M. Yoongi (Bangtan Luv #01) ✓ (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora