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Valery llevaba mucho tiempo caminando, ya cansada y con mucho frío, se dejó caer en el piso, le dió una rápida mirada a su alrededor asegurándose de que estaba sola, suspiro y se acostó en la tierra.

Miro el cielo estrellado sin tener idea que hacer ¿A donde debería de ir? ¿Enserio encontraría la capa roja? ¿Por qué mejor no terminó en un lugar donde todo fuera feliz y ella no tuviera que hacer nada?

Suspiro de nuevo e hizo los movimientos que Abril les había enseñado para activar el sistema que tenían implantado, busco la carpeta de los juegos y puso los ojos en blanco cuando solo vio solitario.

-Genial, solitario para la soledad, que ingenioso Linda- susurro algo enojada.

Ya iba por la décima partida cuando escuchó un ruido, salió rápido del sistema y se levantó, miró al su alrededor captando solo difusas sombras en la oscuridad que, ella rogaba, fueran simples animalitos.

- Hola pequeña- escuchó a sus espaldas y se estremeció.

Lentamente se dio la vuelta, para ver de quién se trataba y volvió a estremecerse al ver un hombre sonriéndole.

- Uh, si, hola- y si, estaba muy nerviosa, no es que ella nunca tratara con hombre, solo que éstos les pedían sexo y ella solo los golpeaba y se iba corriendo.

Pero este hombre parecía resistir cualquier cosa y no estaba muy segura si podría hacer lo mismo con él.

- ¿Qué hace una niña tan bonita a estas altas horas de la noche en el bosque?- el hombre preguntó mientras avanzaba hacia ella y por inercia comenzó a retroceder.

- Y-yo estaba en el castillo y algo pasó, solo corrí y terminé aqui- trago saliva al ver que estaba muy cerca de ella.

- Mmm, no debiste de haber venido al bosque, sabes que es muy peligroso estar aquí pequeña- Valery dio un pequeño salto cuando su espalda chocó control un tronco.

- No soy pequeña- susurro con miedo.

- Tu estatura dice lo contrario, pequeña- el hombre apoyo un brazo en el tronco mientras sonreía.

No, Valery no era pequeña ¿Okay? Lo que pasa es que el hombre era demasiado alto, le sacaba casi tres cabezas de alto, no era su culpa, ella siempre se comió todas sus verduras cuando era niña...esperen.. ¿Estaba divagando en un momento así?

- Yo...- el hombre la calló de un gruñido, estaba segura de que en cualquier momento se orinaria del miedo.

- Hueles muy bien pequeña- la nariz del hombre cayó en su cuello olfateando la, se estremeció por lo fría que estaba está.

- Señor- dijo con miedo.

- No tengas miedo pequeña, no pienso hacerte nada- le agarró las manos, las de él, a diferencia a las de ella, estaban calientes- Estás fría pequeña, voy a llevarte a mi cabaña para que te calientes.

Ni siquiera pudo decir nada porque el hombre ya estaba haciéndola caminar y tenía miedo de que le hiciera daño aunque él hubiera dicho que no lo iba hacer, porque uno nunca debe de irse con personas que no conoce, debería de luchar hasta el cansancio para que le suelte la mano y seguir con su misión de encontrar la capa pero algo no le permitía y no, no era el hombre, algo en ella le invitaba a seguir con él.

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