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— Como decía— Isabela se levantó. — Ellas ayudaron a derrotar a Linda, ella me cuidaron cuando estaba herida, sin ella yo no estaría siendo su reina.

— ¿Qué es lo que está haciendo tu querida? — pregunto entre dientes Maléfica a Marcel.

— Ella es la reina, puede hacer lo que crea que este bien.

— ¿Tú crees que esto esta bien? — pregunto la Reina Malvada.

— Debieran de estar agradecidas de que Isabela no reconsideró los miembros que dejo su padre en la mesa redonda— dijo entre dientes Marcel.

— Por eso, el día de hoy, aprovechando que todos ustedes están presente y serán mis testigos, las proclamare princesas de Camelot— la multitud se exaltó. — Chicas— Isabela se dirigió a ellas ignorando a las demás. — Desde hoy— se acercó a ellas con la excalibur— Katherine— con la punta de la espada tocó ambos hombros. — Abril, Betty y Cristina serán princesas de mi reino— dijo mientras repetía la misma acción con la excalibur en cada una de ellas.

Marcel camino hasta el cofre que estaba a los lados del trono y lo abrió, dejando expuestas las coronas de cada una, después camino hasta las vitrinas que estaban tapadas por sabanas rojas, las quitó y mostró el contenido.

— Princesas de Camelot, pueden ir por sus tiaras— dijo Isabela con una sonrisa. — Y a Valery y Happer que perdieron la vida en la batalla— Isabela camino de vuelta al trono— también serán nombradas princesas— cerró los ojos por un momento. — En estas vitrinas le haremos honor a su valentía— en ellas estaba el vestido que le correspondía y su tiara. — Y para que sigan indignados por mis decisiones— Isabela abrió los ojos con determinación. — También serán parte de la mesa redonda porque se lo merecen.

— Isabela no es necesario que hagas eso— dijo Abril preocupada.

— Ya es demasiado con que nos nombraras princesas— dijo Cristina igual de preocupada.

— Basta— dijo Isabela callando a la gente. — Me falta presentarles mi mano derecha— el rosto de Isabela se puso serio. — No me importa que me juzguen por mis decisiones, el que no esté contento se puede retirar y después lo conversamos con una taza de té— Marcel se mantuvo cerca esperando a que lo presentaran como mano derecha de la Reina. — Mi mano derecha es Valery, no me importa que no esté con vida, mis decisiones son guiadas por mi corazón y así lo quiere él.

— Tenemos que hablar— susurró Marcel con el ceño fruncido.

— Hablaremos después, tengo que atender a mis invitados.

Con eso Isabela dejo la excalibur en su trono y fue a interactuar con los demás.

— Agradezco lo que hiciste— Isabela se volteó.

— Se los debía, Rohan— dijo con una sonrisa triste.

— De cierto modo eso me hace sentir un poco mejor.

— Recuerda que siempre tendrás un lugar en la mesa esperándote— dijo Isabela.

— Lo sé, regresaré cuando me sienta mejor.

— Aquí te esperaremos— se dieron un abrazo y Rohan se perdió en la multitud.

— En verdad pensé que tu mano derecha iba a ser Marcel— dijo Abril.

— Yo pensé igual— Katherine tomo un sorbo de su bebida.

— Muchas cosas nos tomaron por sorpresa hoy— dijo Cristina sonriendo.

— ¿Dónde está Betty? — preguntó Isabela al no verla.

— Sigue mirando la vitrina de su hermana, fue muy bonito lo que hiciste— dijo Katherine y las demás asintieron.

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