25

96 16 5
                                    

— Oye, ni siquiera se tu nombre— se quejó en susurros Happer.

— No necesitas saberlo— le susurró.

— Entonces suéltame.

— No.

— ¿Alguien puede ayudar a mi hermana por favor?— escucho a Betty preguntar.

— Déjalos que disfruten un poco— le respondió Maléfica.

— Mal...

— Si ya voy— rodó los ojos con fastidio Maléfica y se dirigió a la chica que dormía plácidamente.

— Es enserio Maléfica, Abril significa mucho para mí, no importa cuando daño me hizo o lo que le he hecho, es mi razón de vivir, si ella muere, yo también lo hago.

— Aaaaw— soltaron las chicas que estaban solas, eso había sido muy tierno por parte del vampiro.

Marcel carraspeo un poco incómodo por las miradas que ellas le tiraban, Maléfica solo rodó los ojos, caminó hasta la chica y una vez al frente de ella, cerró los ojos y se concentró.

El ambiente comenzó a obscurecer, los ojos de Maléfica adoptaron un verde más intenso y una especie de fuego verde comenzó a salirle de las manos.

—No hay poder en la tierra que lo altere— Se escuchó al viento susurrar.

— ¡¿La pinchaste con la aguja?!— preguntó histérica Maléfica cuando lo miró.

— ¡No! Simplemente quería asustarla pero todo se salió de control y terminó así.

— Yo estaba encargada de encontrar la aguja, él no la tenía— dijo Cristina.

— Yo creo que fue Linda quien la pincho con la dichosa aguja, cuando la habitación en la que nos encontrábamos se llenó de un humo como verde— dijo Abril zafándose por fin de los brazos de Ansel.

Maléfica miro a Marcel con un brillo divertido en los ojos y al parecer el resto de las personas se dieron cuenta de lo que tenía que hacer si quería a Isabela despierta, se sonrojo de solo pensar esa posibilidad, debería de haber otra alternativa.

— ¡Bésala!— chillo Valery media emocionada.

— Debe de haber otra manera— dijo Marcel mirando suplicante a Maléfica.

— Solo un beso de amor verdadero la despertara— la sonrisa burlona de Maléfica comenzaba a enojarlo.

— Sha la la la la la ¿Qué pasó?— murmuró Happer recordando la canción.

—Él no se atrevió y no la besará— la Reina Malvada le dio una palmada en la espalda mientras le decía eso.

Marcel no creía que un simple beso fuera despertarla, pero si era una posibilidad le tocaría hacerlo, no perdía nada en hacerlo pues tocar la puerta no es entrar ¿O sí?

PrincesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora