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Linda miró extasiada todos los objetos, al fin su pueblo iba a ser libre de la oscuridad, ella volvería a reinar, todo sería como antes.

— ¿Ya nos podemos ir?— preguntó Katherine.

— ¿Disculpa? ¿Hello? ¿Acaso no me has visto? ¡Me dieron la paliza de mi vida! Por lo menos deja que me recupere— Isabela no tenía mucho tiempo de haber despertado y sinceramente Linda no la soportaba.

De hecho, Linda no soportaba a ninguna de esas chicas, ella solo había buscado a las primeras estúpidas que pudieran hacer el trabajo sucio por ella.

Solo le hacía falta algo de ellas y podría mandarlas de vuelta a ese horrible lugar en donde vivían.

— Se irán cuando todo haya terminado— sonrió falsamente.

— Ya encontramos los objetos, no tenemos nada más que hacer aquí— dijo Abril saliendo del baño.

— Si, sobre eso— lanzó su mira más inocente que tenía. — Se necesita algo más de ustedes.

— ¿Todavía más? ¿No es suficiente haber encontrado los objetos?— Betty se acercó hasta donde ella estaba.

— Necesito sangre de ustedes para que funcione— contuvo el aire por un momento y volvió a sonreír.

Esa fue la única falla en su plan, no había medido las consecuencias de traer extrañas a su reino, gracias a eso, tenía que ofrecer sangre de ellas para que no tengan la oportunidad de volver, era como un pequeño sacrificio, solo que eso no les iba a decir.

— ¿Sangre? ¿Para que necesitas nuestra sangre?— preguntó Valery.

— Se necesita sangre de las salvadoras para que las princesas puedan despertar, no es sólo cuestión del objeto, sino de ustedes, tuvieron la voluntad para encontrar las reliquias de ellas y como muestra de valentía tienen que dar su sangre voluntariamente— y si, lo había ensayado para que le saliera perfecto.

— ¿Nos estás diciendo que aparte de haber arriesgado nuestras vida para encontrar esas porquerías, tenemos que dar sangre voluntariamente para que las princesitas vivan?— todas las miradas se posaron en Katherine.

— Si.

— ¡Lo que faltaba! Me reuso, por mi parte que no despierten nunca— Linda puso los ojos en blanco ante la actitud de Happer.

— Solo son unas gotas— volvió a sonreír.

— ¿Por qué hablan de sangre y princesas?— el parecer el muñeco de nieve estaba escuchando sus conversaciones.

— Cariño, eso no te incumbe— dijo entre dientes sonriendo.

— ¿Han visto a Elsa y Anna? Tengo semanas que no las veo.

— ¿Semanas?— preguntó Cristina.

— Si, semanas, días después de haber cerrado el pacto ellas desaparecieron— Linda miró el muñeco y trato de hechizar lo para que se callara.

— ¿No son años que no las ves?— preguntó Happer y Olaf negó.

— No deberían de prestar atención a lo que dice, es solo un muñeco de nieve— dijo nerviosamente.

— Solo son semanas ¡Oye! No trates de hechizar me, tu no me creaste, no puedes utilizar tu magia en mi.

Todas miraron a Linda y está retrocedió unos cuantos pasos, estaba lista para hechizar los objetos e irse de allí.

— Necesitamos que nos digas la verdad.

— Esperen ¿Ella no es Linda? ¿La hada mala? ¡Es ella! Ella hechizo el pueblo de Orbis cuando robo algunas cosas que no le pertenecían— ¡Maldito muñeco!

— Ni se les ocurra acercarse— una llama verdosa salió de su mano y fue a dar directamente a un espejo.

— ¿Por qué estamos aquí?— preguntó Cristina.

— Y queremos la verdad, ahora.

— ¡Nunca! ¡Denme su sangre o...!

— ¿O que?— Betty la interrumpió.

— ¿Nos vas a matar?— preguntó Valery.

— ¡No puedo hacer eso!— chilló para después sonreí como el gato de Alicia. — Pero, puedo hacerles lo mismo que le hice a las princesas.

— Oh....

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