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— Es por aquí— Ansel dio una dirección y Scott solo rodó los ojos.

— No, es a la derecha— dijo él.

— Cállate.

Suspiro pesadamente, allá ellos si se querían perder, malditos perros con fallo.

— ¿A dónde vas Scott?— le preguntó la Reina Malvada.

— Es curioso que al ser una de las más renombradas brujas en esta patética vida no reconozcas de donde viene la magia de tu propia hija— chasqueo la lengua en disgusto ¿Acoso él era el único que la sentía?

— Eres un vampiro, solo los seres con magia pueden sentirlo— Maléfica se metió y el solo alzo una ceja.

— En ningún momento especifique lo raza queridas señoras— se metió las manos a los bolsillos repentinamente triste. — Se podría decir que ustedes simplemente que adoptaron, sin saber quién era, es mejor que eso se quede así, ahora, me iré por la derecha, es cuestión de ustedes si quieren hacerle casos a esos perros que no saben ni reconocer donde están sus parejas de vida.

— Nos dijiste que eras un vampiro en la reunión— le contesto furiosa Maléfica.

— ¿Yo dije eso?— Ansel asintió.— Pues mentí.

Se encogió los hombros y camino según sus instintos, seguía que algo jalaba de él, esa ola de energía muy fuerte que demandaba su presencia.
No tuvo que caminar mucho para encontrar esa fuente y tampoco se tardó mucho en darse cuenta que eran varias chicas que emanaban esa energía.

Pero hubo algo que le llamo más la atención, bueno, una chica en específico, de cabello castaño y lentes, se veía... De cierta forma, bonita, aprecia que estuviera descansando después de haber caminado mucho.

— Las encontraste— le dijo Marcel.

Scott ni siquiera le prestó atención, el solo miraba a la chica bonita.
Parpadeo dos veces seguidas y camino hasta ellas.

— Así que ustedes son las magníficas salvadoras— dijo haciéndolas asustar.

— ¿Quién eres?— Abril fue la que primero se paró.

— Eso no interesa— Marcel salió del mismo lugar y se posicionó a su lado derecho.

— ¿Otro? ¿Cuántos son? Ustedes ni se paren— Abril se dirigió al resto de chicas.

— Somos muchos cariño— al parecer los pulgosos habían tomado la sabía decisión de seguirlo, vaya novedad.

— Rohan— susurró Valery con cierto miedo.

— Caperucita— Rohan le sonrió.

— Esto está muy hablado— las señoras del grandioso grupo entraron, demasiado dramático para su gusto.

— Madre.

— Katherine.

— Bueno, aquí hay cierta tensión, permiso— Scott se puso al frente.

Cristina y Katherine se posicionaron al frente de las demás chicas, entrando en modo combate, patético.

— Váyanse— ordenó Cristina.

— Que patética— Maléfica hizo un movimiento con su mano y la mando volando a un árbol.

— ¡Maldita!— Katherine gruñó y flamas comenzaron a salir de sus manos.

— ¡Basta!— gritó Marcel. — Estamos aquí para ayudarnos y no para pelear. — Maléfica lo miro. — Sin peleas Mal.

— ¡No les creemos!— chilló Happer, Scott enseguida la miró, incluso su voz era bonita.

— Exacto, nosotras no sabemos si vienen de parte de Linda— dijo entre dientes Katherine mientras Betty trataba de calmarla.

— Nosotros no somos los malos aquí, chicas— dijo Ansel.

— Por confiar en alguien estamos así, de ninguna manera nos dejaremos llevar por ustedes.

— Ese no es modo de hablarle a tus mayores Katherine— algo brilló en los ojos de la Reina Malvada.

Scott ya comenzaba a estar fastidiado, le tocó el hombro a Marcel para advertirle que algo se venía, lo podía sentir, pero este solo estaba viendo a la chica rubia y flotaba sumergida en sueño.

— Veo que ya se conocieron.

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