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¡No podía ser posible! ¡Maldita sea! ¡Todo le estaba saliendo jodidamente mal! ¡Estúpidas niñas! ¡Maldita orden de mierda!

— Señorita...— Linda se volteó enojada a la puerta.

— ¡Largo de aquí!— gritó.

Necesitaba idear un plan pronto, algo que pudiera funcionar esta vez y que no tuviera tanta pendejada incluida. Quizás a estas alturas su hermana ya la estaría buscando y eso era lo que menos necesitaba, a esta estúpida y su jodida orden de mierda.

— Maldita sea— susurró mientras apretaba los puños.

Necesitaba descargar su ira, miró por toda la habitación y su vista se enfocó en su cama, hizo aparecer un cuchillo en su mano y se lanzó contra ella.

Tuvo que pasar una hora para poder calmarse completamente.

Miró el desastre que había hecho, soltó un suspiro, había valido la pena, ahora tenía un nuevo plan para salirse con la suya y está vez nadie iba a interponerse.

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