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Isabela abrió los ojos asustada ¿Dónde carajos estaba? ¿Y las demás chicas? Maldita sea ¿Se habían ido sin ella?

— Holaaaaaa— quiso gritar pero su voz no salía.

¿Pero qué mierda estaba pasando? Comenzó a sentir que se caía pero estaba muy segura que no era así, comenzó a desesperarse.

— Nos estamos atrasando demasiado, a estas alturas ya deberíamos de estar todas juntas— comenzó a oír voces a lo lejos.

— Es más fácil decirlo que hacerlo, Mérida.

— Lo se Jazmín, pero cada vez veo más lejos las probabilidades de ganar.

— Debería de ser más optimista Mérida, todas sabemos que estamos con el tiempo pero si insistimos podríamos reunirnos todas y ganar.

— Moana tiene razón, solo es cuestión de seguir con lo planeado, veras que todo saldrá bien.

— Chicas...— escucho una voz agitada, como si hubiera estado corriendo.

— Es Tiana, dice que al alguien escuchándonos, siente otra presencia.

Isabela esperaba que no estuvieran hablando de que ella era esa presencia ajena.

— Rapunzel ¿Dónde está Tiana?

— Ella fue a buscar algo para sacar a esa presencia, vine para que tengan cuidado con lo que dicen.

— ¿Hola?— se aventuró a decir.

Pero no obtuvo respuesta, resoplo, se cruzó de brazos y designada espero a terminar de caer mientras escuchaba la no tan interesante conversación.

— Algo me dice que no es malo— dijo Moana.

— Tiana no me dijo si era buena o mala.

— ¡Tiana! ¡¿Y si te apuras?! ¡Tenemos que seguir discutiendo la medida que vamos a tomar para salvar a las demás! — grito Jazmín.

— ¡Mierda!— grito Isabela al sentir como su espalda chocaba fuertemente en algo sólido. — Solo me pasan estas cosas a mí, maldita sea la hora en que fui al bosque— comenzó a quejarse mientras se ponía de pie. — Estúpida Linda— se mareo ni bien estuvo de pie y se apoyó en una pared. — Maldito y sensual Marcel— cuando su mareo pasó, miro a su derecha y vio a las chicas que estaban discutiendo antes, estas se pusieron en defensiva.

— ¿Quién eres y por qué apareciste de la nada? — hablaron todas a la vez.

— Pero que sincronía ¿Cómo hacen eso?

— ¡Contesta a la pregunta intrusa!— le grito Jazmín.

— Soy Isabela y no sé cómo llegue aquí, solo estaba cayendo y choque con su suelo.

— ¡No mientas! — bien, si Marcel no la había matado, estas chicas si lo harían.

— ¡No es mentira! — chillo asustada.

— ¡Basta todas! — dijo Tiana al entrar en la habitación. —No es mala— dijo esta encogiéndose de brazos. —Miren— la chica se acercó a Isabela y le atravesó el estómago con la mano, haciendo que la otra abriera exageradamente la boca.

— ¡¿Pero que mierda?! — grito Isabela asustada mientras se echaba para atrás.

— Ella está en su forma espiritual— dijo Rapunzel relajándose.

— Si, no podemos hacerle daño y viceversa.

— ¿Morí? — se preguntó Isabela mientras se dejaba caer en el suelo.

— No estás muerta— dijo Moana rodando los ojos mientras las demás se sentaban.

— Solo estas en un limbo, tu cuerpo ha sufrido mucho y en nuestro mundo la parte espiritual se separa y viaja a un lugar en donde se la necesite mientras la parte física descansa— le explico Mérida.

— Nosotras no la necesitamos— dijo Jazmín.

— No estamos seguras— dijo Tiana.

— ¿Sabes dónde podemos encontrar a las demás princesas? — le pregunto Moana con una mirada amenazante.

— Ni idea.

— ¿Qué es lo último que recuerdas? — le preguntó Tiana mientras le hacía señas para que se levantara.

— Estábamos en una habitación con Linda, ella quería nuestra sangre pero Olaf comenzó a decir cosas que no cuadraban con la historia que ella nos había contado. Linda se puso histérica y dijo que nos haría lo mismo que a ustedes— Isabela las miro. — Pero ustedes están bien, no entiendo.

— ¿Es lo único que recuerdas? ¿Enserio? — dijo Rapunzel.

— Si, cuando desperté solo estaba cayendo.

— Conéctate con tu cuerpo— le ordenaron.

— ¿Qué? ¿Cómo se hace eso? ¡No soy un maldito celular! — chillo asustada.

— Si dices que Linda les iba hacer lo mismo que a nosotras, significa que tus amigas están con las nuestras.

— Si hace eso puede regresar a su cuerpo y nos quedaremos sin información— Mérida le dijo a Tiana.

— Necesitamos saber en dónde están nuestras amigas Mérida.

— Yo...— Isabela se quiso meter en la conversación pero Rapunzel con señas le decía que era mala idea. — Un pozo de los deseos— dijo Isabela cuando vio una moneda que brillaba en el piso.

— ¿Perdón?

— Perdonada pero no lo vuelva hacer— se le salió a Isabela por instinto.

— Dijiste Pozo de los deseos ¿Por qué? — le pregunto Jazmín.

—Vi que una moneda brillaba en el piso y se me vino eso a la mente— se encogió de hombros.

— Nadie trajo dinero Isabela mucho menos una moneda— le dijo Rapunzel.

— Noooo, hay uno justo...— se calló al ver que la moneda ya no estaba en su lugar. — ¡Estaba allí! Lo juro ¡Yo la vi!

— Ella no vino a ayudarnos, solo nos esta retrasando— dijo Moana enojada.

— Vámonos, ya es muy tarde.

— ¡Esperen! — Isabela trato de detenerlas pero termino en el piso, Mérida se rio de ella y eso la enojo, las miro y comenzó a oír voces ajenas a las personas con las que estaba.

— Eres patética, enserio— dijo Jazmín pasando de ella.

— Solo hiciste que perdiéramos tiempo, capaz y lo que nos contaste es mentira— Dijo Moana pasando a su lado.

Isabela comenzó a sentirse mal, habían demasiadas voces en su cabeza, todas queriendo hablar al mismo tiempo, queriéndola volver loca.

— ¡Callasen! — grito Isabela harta. — ¡No! ¡Ya no pueden hacer nada! Sus amigas están con Linda por idiotas, rechazaron la ayuda de las chicas por desconfiadas, ellas siguieron y se encontraron con los de la mesa redonda, ahora se dirigen a Camelot.

— ¿Chicas? ¿Cuáles chicas? ¡Isabela!

Muy tarde, Isabela ya había desaparecido.

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