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— Espero que Linda no se entere de esto— dijo Cenicienta sacudiéndose el vestido.

— Deben de ver el lado bueno, ya salimos del pozo— dijo Betty.

— Bien, salimos del pozo, la cuestión es que vamos a hacer con Linda— dijo Aurora.

— Ya están todas— Cristina se acercó a ellas con cara de pocos amigos.

— ¿Qué te pasa?— le preguntó Valery.

— Me duele la espalda— murmuró desanimada.

— Debe de ser normal, te acaban de salir alas— le dijo Abril.

— ¿Algo más que nos estén ocultando?— preguntó Pocahontas.

— ¿Perdón?— respondió Katherine.

— ¿De qué estás hablando Pocahontas?— preguntó Anna.

— Nos ocultaron que ella— señaló a Cristina— Tiene alas.

— Ella tiene un buen punto— Aurora se acercó a ellas.

— ¿Con que nos van a salir ahora? ¿Que son trolls?— preguntó Elsa.

— ¡Elsa!— chilló Anna. — Ellas necesitan de nosotras ¿Por qué están desconfiando?

— Anna, no es necesario que nos defiendas— susurró Valery.

— Si, no tienes porqué defenderlas, son desconocidas y tú sabes muy bien que pasa cuando confías ciegamente— Elsa se removió algo incómoda por la mirada de su hermana.

— Eso fue muy bajo de tu parte, ni yo habría dicho algo que ofendiera a mi hermana— dijo Katherine.

— Creo que eres la menos indicada para hablar de eso— le respondió Mulán.

— ¿Así, por qué no me ilustras?— Katherine se le acercó.

— Confiaste en una persona que supuestamente quería salvarnos, pero mira en donde estás, en medio de un bosque sin saber qué hacer, sin tener conocimiento de quienes son tus padres verdaderos, ni siquiera sabes quién eres.

Algo dentro de Katherine ardió, comenzó a respirar ruidosamente hasta que no pudo contener un grito.

— ¡Basta!— gritó Happer.

— ¡Voy a matar a esta maldita perra!— gruñó Katherine.

— ¡Katherine!— Betty se puso en medio de ellas. — Debes de controlarte— le hizo una pequeña seña a sus manos.

Katherine bajo la mirada y se sorprendió a ver una especie de flama verde alrededor de sus manos, regreso a ver a Betty.

— ¡No se acerquen!— dijo al ver como querían ayudarla.

— Tranquilizante Katherine— la nombrada comenzó a retroceder mientras negaba con la cabeza. — Tu puedes Kathe, confía en mi— Betty le tendió una mano.

Mientras Betty y Katherine tenían su momento, Abril se posicionó delante de las princesas cabreada.

— Hasta aquí llegamos, desde que ustedes llegaron al pozo dos de nosotras se han puesto mal, espero que se entretengan esperando a sus malditos príncipes. — se giró a camino hasta donde estaba la parejita. — ¿Está mejor?— le preguntó a Betty.

— Si— respondió.

— Vámonos— ordenó Abril.

Betty ayudó a Katherine a caminar por un tiempo, así solas estaban mejor, esas princesas solo iban a quedar esperando a su amado, pendejadas.

— Chicas— Valery llamó a atención de todas. — Tengo mucho miedo.

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