9

5.2K 678 78
                                        

Maratón 1/4 (puede que se lleven dos días para que se complete:v)

Me tome mi tiempo para ducharme. Al salir, pase casi veinte minutos frente a el ropero decidiendo que iba a ponerme.

¿Desde cuando me importaba tanto la manera en la que lucía?

Sacudí la cabeza desechando el pensamiento y me concentré en el atuendo que tenia frente a mi. Me enfunde en el y luego me mire a el espejo. Rocié un poco de perfume sobre mi y me miré. No lucia tan mal como pensé que luciría. Sonreí.

–¡Erick!– gritó mi madre desde la planta baja de la casa– Yoandri esta aquí.

–¡Ya voy!– grité tomando mi celular.

Bajé las escaleras y bese a mi madre.

–¿Que te pusiste?–preguntó ansiosa.

–sonrei– Mi polera blanca con mis vaqueros negros y las zapatillas que compramos en el centro comercial.

–¡Debes verte precioso!– dijo acariciando mi mejilla. Sonreí con aprehensión y volví a besar su mejilla.

–Dile a papá que volveré pronto, y que debe dejar de trabajar tanto tiempo– dije.

–Yo le diré amor. Diviértete, que Patricia y yo vamos a charlar mucho esta noche.

Ambas se habían puesto de acuerdo para reunirse en casa de ella para charlar mientras Joel y yo salíamos con mis amigos.

Al llegar al lugar, lo único que hacia era buscar el auto de Patricia.

—¿Estas bien?—pregunto Yoandri, cuando vio que no me movía de donde estaba.

—S-Si. Invité a Joel, pero no ha llegado—dije buscando entre la gente.

—Yoyo sonrió diciendo con los ojos entornados—Tranquilo. Vendrá.

Me sonroje por completo. Debía lucir desesperado para que Yoandri me mirará de aquella manera así que me obligue a mi mismo a no buscarlo entre la gente cada cinco minutos.

Una figura alta se impuso entre la gente. Vestía unos vaqueros negros, una camisa blanca, junto a una chaqueta de piel. Su cabello castaño, su piel resplandecía a la luz de los farolas de la calle y sus ojos color marrón lucían cálidos a pesar de estar fijos en la nada.
El corazón me dio un vuelco. ¿Acaso siempre tenia que lucir tan encantador?

Camine hasta el, y sonrió. De nuevo ahí estaba aquella sonrisa encantadora en sus labios. Aquella que me robaba el aliento.

—Hola—dijo con su voz ronca.

—sonreí—¿Como supiste que era yo?.

—el rodó los ojos al aire y habló—Podria reconocer tu aroma en cualquier parte.

Sonreí radiante antes de bromear.

—Voy a cambiar de perfume, quizás así dejas de reconocerme en todos lados.

El  rió roncamente y posó su mano en mi hombro como siempre que caminábamos juntos a un lugar nuevo. Aferraba mi hombro con su mano izquierda, mientras que con su derecha se aferraba el bastón blanco.

Llegamos a la mesa en donde se encontraban todos, quienes me miraron estupefactos. Nadie esperaba que Joel fuera invidente. Lo único que les había dicho era que iría con un amigo. Sin embargo, actúe como si nada sucediera.

—Chicos, el es Joel Pimentel—dije con naturalidad. El asintió levemente en su dirección a manera de saludo y yo continúe.—Joel, bueno...Ellos son todos.

La risa de mis amigos se extendió por mi comentario bobo y nos sentamos en una de las sillas.
La noche comenzó perfecta, mis amigos trataban a Joel como a cualquier otra persona y pude ver que la tensión en su rostro disminuía conforme pasaban los minutos.

Una figura se posó detrás de Joel y de mi, haciendo sombra sobre nuestras cabezas. Yoandri se levantó de golpe y chilló.

—¡Ivan!, ¡Llegaste!.

El corazón me dio un vuelco mientras Joel se tensaba a mi lado.
No había tomado en cuenta que quizás, Yoandri podría invitar a Ivan, y que quizás, Joel no querría revivir el pasado del que había huido durante tanto tiempo.

—¿J-Joel?— dijo la voz ronca detrás de nosotros y apreté los ojos con fuerza al ver los puños de Joel cerrarse con fuerza haciendo que sus nudillos se tornaran blancos.

Mierda. Esto no podía salir nada bien.

Blindly »joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora