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(。・ω・。)

Él silencio se extendió de pronto, la idea de irme flaqueó.
¿Como podía irme despues de haber oído a Joel decir todo eso?, mi pecho se hinchó con dos emociones muy intensas: amo y culpa.

Culpa por ser el culpable de que Joel no quisiera operarse.
Yo le había mostrado él mundo de las sensaciones, pero nunca había querido que el prefiriera no ver. Deberíamos encontrar la manera de lograr esa operación. Por muy costosa que fuera, tenia que conseguir los medios para que Joel de operara y recuperara la vista. Lo merecía. El lo valía.

Sin decir mas, volví escaleras arriba para toparme con una ansiosa Lissa.

—¡No te fuiste!—chillo tirándose a mis brazos.

Cerré los ojos y la abrace brevemente sin decir una palabra.

—¿Te encuentras bien?—pregunto apartándose de mi para mirarme a los ojos.

Yo solo asentí levemente y me desplome en la cama mientras intentaba procesar todo lo que habia escuchado. Tenia que haber una forma de que Joel se hiciera esa operación.

—¿Lissa?—pregunté.

—¿Si?

Nuestros ojos se encontraron.

—¿Cuanto cuesta la operación que necesita Joel?—inquiri con la mirada fija en ella.

Lissa desvió la mista mientras suspiraba con tristeza. Jamas la había visto tan afectada—Alrededor de cinco mil dolares.—susurró.

Mierda.

Cinco mil dolares era una cantidad inconmensurable de dinero. ¿De donde demonios ibamos a sacar cinco mil dolares?, un suspiro cansado salio de sus labios.

—Es muchísimo dinero.—masculle en voz baja.

Lissa asintió rápidamente. Alzó la vista y una sonrisa triste se formó en sus labios.—Papá dijo que el la pagaría, pero Joel no quiere nada que venga de el.—dijo. Su voz se quebraba.

—¿Q-Qué?

Joel jamas había mencionado nada de su padre, pero al parecer, no era su tema favorito. Jamas lo había mencionado.

—Papá y Joel no tienen una buena relación. Cuando papá dejo a mamá, Joel decidió que no quería volver a saber de él; y no hay poder humano que haga que acepte algo proveniente de él—explico Lissa con tristeza. —. Papá tiene mucho dinero. Tiene varios puestos de comida y acaba de inaugurar su primer restaurante en la zoma comercial de la ciudad.

Mi pecho se encogió de dolor. Si tan solo pudiera llegar a hablar con el, quizás Joel aceptaría la operación. Quizás nunca se enteraría de que su padre la solventó, pero seria arriesgado.

—¿Erick?—la voz ronca de Joel me hizo pegar un brinco del susto. Me había tomado por sorpresa.

—Aqui estoy—dije como un hilo de voz.

Joel entro a la habitación y se sentó a mi lado. Su rostro era una mascara de preocupación.

—¿Te encuentras bien?—preguntó.

Yo sonreí. Joel era el único chico que tenía el rostro cargado de angustia y preguntaba por mi bienestar, cuando era claro que era el quien necesitaba la pregunta.

—Estoy perfectamente, ¿tu?

—Estoy ansioso por volver a la cama contigo—dijo enredando su cintura alrededor de mi cintura.

Su ceño se fruncio—¿Te pusiste tu ropa?

Me mordí él labio inferior antes de asentir y decir—Estaba algo así como...molesto. Y...

—¿Planeabas irte?—la incrueldad se filtraba en su voz.

—Pero no lo hice. Además, creo que es hora de que vaya a casa—dije.

Él agarre de Joel se hizo mas intenso en mi cuerpo y comenzó a besar él hueco de mi cuello diciendo—¿No puedes decir que llegaras después de la hora de la comida?

Un hueco se instaló en mi estómago.
—¿Es acaso una propuesta indecorosa?—susurré.

—Ten por seguro que lo es—ronroneo en mi cuello.

Mi pecho se hincho de una sensación de vértigo y la voz de Lissa me saco de mi estupor.
—¡Consigam una maldita habitación!—chillo.

Una risa ronca broto de mi pecho mientras besaba los labios de Joel. El tambien reía.
Necesitan un poco de tiempo para el. Tiempo para averiguar la relación que tenia con su padre e intentar comprender que era lo que sucedía entre ellos.

Nos dirigimos a la habitación de Joel después de haberle llamado a mi mamá para avisar que llegaría mas grande y el no perdió tiempo para lanzarse sobre mi, a besos.

Una risa ronca vibro en su pecho cuando comencé a besar su cuello en un punto especialmente sensible.

—¡Oh, por dios!, ¡Si sigues haciendo eso voy a arrancarte esa ropa y...!

Sin dejarlo terminar, lo bese en los labios con urgencia.
Sus manos se deslizaron debajo de mi camisa y soltero un grito ahogado.

—¡Espera!—jadeé al sentir sus manos sobre ni trasero.

Él se apartó de mi y susurró—¿Qué pasa?

—Necesito preguntarte algo—dije, nervioso.

Necesitaba valor para lo que venía.
—Claro, ¿Qué sucede?—dijo con el ceño fruncido.

—¿Por qué...—me aclaré la garganta—, por qué nunca hablar sobre tu padre?

Él cuerpo de Joel se tensó, tragó saliva ruidosamente. La ira se filtraba por sus ojos color marrón y todo mi cuerpo se tensó a la espera.

Blindly »joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora