Maratón 3/4
Mi tarde del sábado fue realmente aburrida. Acababa de ver a Joel apenas hacia unas horas y sentía esa ridícula opresión en el pecho por extrañarlo. Me la pase en la tienda acomodando estantes mientras escuchaba musica y atendía a los clientes. Una parte de mi quería correr a casa de Joel y tirarme en su cama a charlar juntos como lo habíamos hecho la noche anterior pero sabía que los sábados era el día mas concurrido en la tienda y debía estar ahí.
Cuando llegó la noche, me puse a terminar una tarea que tenia pendiente antes de navegar por internet. Había quedado con Yoandri para ir el Lunes de compras. No era un chico al que le gustara pasar horas en tiendas pero era divertido salir a caminar y charlar con el. Tenia muchas cosas que preguntarle acerca de relaciones. Me sentía completamente estúpido para ellas por la poca experiencia que tenia y quizás, el podría ayudarme.
El teléfono resonó por toda la casa.
Sabia que mi madre estaba en la sala así que no me moleste en correr a coger el teléfono; de cualquier forma, las llamadas nunca eran para mi. Yoandri y yo nos comunicábamos por mensajes de texto o por internet.—¡Erick!, ¡Es para ti!—la voz de mi mamá me hizo alzar la vista del computador.
—¿Para mi?—dije frunciendo el ceño confundido.
Me puse de pie y camine escaleras abajo para tomar en teléfono inalámbrico.
—¡Tengo el teléfono! —grite hacia la cocina, donde mi madre tenia el otro teléfono. Descolgue y escuche a mi mamá colgar.—¿Diga?—¿Como esta el novio mas hermoso del mundo?—pregunto la voz ronca de Joel.
Mi corazón dio un vuelco al escucharlo.
—¡Hola!—dije cariñosamente.
Sabia que seguramente sonaba como el mas idiota de los adolescentes enamorados pero no me importó. Estaba feliz de escuchar su voz.
—Te extraño, cielo.—dijo en un quejido que me sacó una sonrisa inmensa.
—Espera.—dije viendo que mi padre estaba poniendo atención a lo que yo hacía.
Corrí escaleras arriba y cerré la puerta de mi habitación detrás de mi antes de hablar.—Mi padre estaba escuchándolo todo desde la sala.Una risita ronca de escuchó del otro lado de la linea y sonreí aun mas.
—Muero por darte un beso.—murmuró Joel cariñosamente.
—¿Solo uno?—pregunte asombrado—, yo muero por darte mil.
Y ahí estaba de nuevo su EISA encantadora.—¡Te quiero tanto!—dijo el.
Mi corazón se disparo en latidos frenéticos. —¿Cuanto?—pregunté.
—Ni el cariño ni el amor pueden contarse, Erick; pero te quiero tan desesperadamente. —suspiró.
—Quiero que me ames.—pensé.
El silencio del otro lado de la linea me hizo darme cuenta que lo había dicho en voz alta y el pánico me asaltó.
—¿Q-Qué?—dijo la voz de Joel. Pude escuchar el pánico en su voz.
Mierda. Pensé desesperadamente en que decir para romper la tensión que se había formado.
“Estúpido, estúpido, estúpido” me repetí mentalmente mientras el pánico se apoderaba de mi.
—¿V-Vendras mañana?—pregunté mientras me maldecía por dentro por milésima vez.
El se aclaró la garganta y dijo. —C-Claro.
—¿Joel?...—pregunté en un murmullo—, ¿Lo dije en voz alta?
Una risa resonó del otro lado del teléfono y suspire con alivio al sentir la tensión romperse.—Si, Erick. Lo dijiste en voz alta.
—L-Lo siento.
—Te quiero, ¿vale?, un paso a la vez. Quizás algún día ambos nos sintamos de esa forma; me encantaría sentirme de esa forma contigo, quiero llegar ahí. —susurró.
—Un paso a la vez. Por hoy, te quiero, Pimentel—susurré cariñosamente.
—Te quiero, Colón—dijo cariñosamente.
—¿Te veré mañana?—pregunté menos tenso.
—¡Por supuesto, corazón!, ¡Iré listo para que me maten por sentir algo por ti!—bromeo.
—Mis padres no te matarán.
—No creo que no lo haga, cariño. ¡Eres su único hijo y yo el malo del cuento que quiere separarte de ellos!—se burló un poco.
—¡Cierra la boca, Pimentel!—lo regañe cariñosamente.
—Te veo mañana, amor.
—Hasta mañana.
—Te mando un beso que espero y me devuelvas mañana.
—Te quiero, Joe.
—¡Te quiero mas, cielo!, Descansa.
El domingo se me pasó casi volando. Me pase gran parte del día limpiando la casa para después arreglarme.
Cuando Joel llegó, el corazón me dio un vuelco.
Al principio, mis padres se alteraron al saber que Joel era mi novio, pero conforme la noche pasó se fueron relajando.
Joel comió con nosotros la deliciosa pechuga rellena que mi madre había preparado para después sentarse en la sala con mi padre mientras charlaban sobre autos y cosas de chicos.Mis padres subieron a su habitación mientras Joel y yo nos quedábamos en la sala viendo una película; bueno yo la veía, el la escuchaba. Eran apenas las siete de la tarde y Joel no me estaba dejando poner atención a la película. Se la pasaba besándome el rostro cariñosamente y susurrándome cosas lindas al oído.
—Joey, no has escuchado la película para nada.—me quejé mientras ponía toda mi atención en el.
—No quiero que la veas tu tampoco—susurró con los labios pegados a mi oído.
Su aliento me causó escalofríos y la piel se me puso de gallina. Yo me giré para besarlo en los labios y el buscó mi lengua con la suya en un beso cálido.
Giré mi cuerpo para quedar un poco frente a el y enrede mis manos en sus rizos.
Sus manos se deslizaron por mi cintura hasta a instarse a ambos lados de mi cadera. Me atrajo hacia el mientras nuestro beso se volvía mas urgente.—¿P-Puedo?—preguntó contra mis labios.
No entendí su petición hasta que sentí su mano caliente sobre la piel de mi espalda.
Había introducido sus manos por debajo del material de mi blusa y solté un jadeo mientras toda la piel de mi espalda de erizaba ante su toque.Sus manos se deslizaron por mi espalda, pasando por mi abdomen, hasta casi llegar a mis pezones. Todo estaba sucediendo tan rápido que no podía creer que estaba pasando. Sus manos recorrieron mi espalda con delicadeza y mi corazón comenzó a latir con fuerza.
Sus labios se separaron de los mios y tomó un aliento antes de susurrar—Esto...—deslizó su mano por la curva de mi cintura—, me encanta.
Mi corazón comenzó a latir desbocado y entonces, pude sentir como sus manos se instaban en mis costados para deslizarse de arriba hacia abajo. Contuve el aliento. Estaba reconociendo mi cuerpo. No estaba acariciándome. Estaba conociendo cada curva de mi cuerpo con su toque; y gruñó antes de decir.— Daría lo que fuera por poder verte.
Sus labios se posicionaron sobre los míos y me recostó sobre el mullido sillón. —¿Q-Qué haces?—susurré al sentir sus manos deslizándose sobre mi estómago.
—Shh... pídeme que pare si quieres que lo haga—susurró con la voz enriquecida mientras su mano se deslizaba entre mi playera hasta a uno de mis pezones. Me acarició y murmuró. —Debes ser hermoso.
Sus dedos acariciaron mi pezón, mientras me acariciaba y besaba.
Todo era tan nuevo, tan abrumador. Jamás había dejado a un chico llegar tan lejos y todo era increíblemente fascinante.lxrry-mxke :3🌻💙

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Blindly »joerick
Fanfiction❝ Mereces algo mejor que un maldito ciego.❞ • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Historia original de Sam Leon.