Maratón 2/4
—¿J-Joel?— dijo la voz ronca detrás de nosotros y apreté los ojos con fuerza al ver los puños de Joel cerrarse con fuerza haciendo que sus nudillos se tornaran blancos.
Mierda. Esto no podía salir nada bien.
—¿Joe eres tu?—dijo la voz. Me volví y encaré a un chico, de rasgos coreanos, increíblemente guapo.
Joel se volvió lentamente y pude ver la expresión de lástima en el rostro del chico de cabello teñido.
—¿Ivan?—inquirio Yoandri con el ceño fruncido—¿Se conocen?.
Joel se puso de pie, de un solo golpe, e intento abrirse paso entre las mesas para alejarse.
—Joel...—dije intentando detenerlo.
Un mesero llevaba una bandeja con platos sucios y tazas vacías. Joel tropezó con una silla y fue a dar justo donde el mesero se encontraba, cayendo al suelo estruendosamente.
El sonido de los platos y tazas quebrándose hizo que todos en el lugar guardaran silencio. Corrí para ayudar a Joel a levantarse, y en cuanto se puso de pie, salio precipitadamente del lugar.
—¡Joel!—grite mientras me volvía a la mesa, tomando mi chaqueta y la de Joel, junto con mi celular y salir corriendo tras el.
Cuando llegue a la calle, mire hacía todos lados intentando encontrarlo.
—¡Joel!—grite a la nada.
Mi corazón latía frenético dentro de mi pecho, las manos me sudaban y mi respiración era pesada. Estaba aterrado y nervioso. ¿Donde diablos estaba?
Pude mirar una figura caminando por la calle y no tarde absolutamente nada en saber de quien se trataba.
—¡Joel!—grite nuevamente.
Comencé a correr. El frío de la noche calaba mis huesos y quemaba mis pulmones con cada respiración que daba. Me maldije mentalmente por no llevar la chaqueta puesta, pero no iba a parar hasta alcanzarle.
El se detuvo en seco y yo me estampe contra su espalda fuerte. Me tambaleé por el golpe y comencé a respirar pesadamente. El se volvió hacia mi con expresión furiosa y frustrada.—¡Quiero estar solo, maldita sea!—espeto.
Sus palabras no me golpearon tanto como su expresión dolorosa. Un nudo en la garganta se apodero de mi impidiéndome hablar y los ojos se me abnegaron en lágrimas. Yo había sido el culpable de ese encuentro con su pasado. En ningún momento se me había ocurrido que quizás, Yoyo invitaría a Ivan y todo esto pasaría, pero debía haberlo previsto.
—Perdoname, por favor—dije con voz entrecortada por el nudo que sentía en mi garganta.
—Joel fruncio el ceño—¿Q-Qué?—dijo confundido.
—Perdoname por favor, de no ser por mi—me obligué a tragar el nudo de mi garganta para continuar hablando—nada de esto habría pasado.
El alzo la mano hasta alcanzar mi mejilla y paseó su pulgar por mi piel sensible. Su caricia me provocó escalofríos por todo el cuerpo.
—No tengo nada que perdonarte. No es tu culpa—musito con expresión triste.
—Entonces...¿Porque me siento tan culpable?—dije sin poder evitar que lágrimas calientes salieran de mis ojos.
La expresión de Joel cambio a pánico total. Sus manos se posaron en mis mejillas e intento limpiar las lágrimas que no paraban de salir de mis ojos.
—¡Hey!, ¡Hey!, No llores Erick—dijo con voz ronca y dolida—No es tu culpa.
Puse mis manos sobre su pecho ya arrugue su camisa entre mis puños mientras reprimía los sollozos que amenazaban por salir de mi garganta.
Sentía todo mi cuerpo temblar por el esfuerzo de contenerme, pero era imposible no llorar. Me sentía tan culpable. Yo lo había orillado a todo esto.Joel aparto las manos de mis mejillas y, sin decir nada, me rodeo con sus brazos en un cálido abrazo.
Mis manos se aflojaron de su camisa y, lentamente, rodeé su cintura con mis brazos.
Pude sentir todos y cada uno de sus músculos firmes de su abdomen contra mi cuerpo. Era un abrazo diferente a los que acostumbraba; cálido, tierno, firme, suave, fuerte. Definitivamente nadie me había abrazado de aquella forma. Me sentía tan segura entre sus brazos.
El aroma de su perfume me invadió por completo, embriagándome mas que nunca. Deslice mis manos por su espalda angulosa y enganché mis manos a sus hombros aferrandolo a mi, mientras las lágrimas cedían.Sentí las manos de Joel deslizarse por mi espalda hasta mi cintura, apartándome un poco.
Su rostro estaba a escasos centímetros del mío, inclinándose sobre el mio, de modo que nuestras narices se rozaban.—¿Mejor?—pregunto con voz ronca. Su aliento a menta y canela me golpeó el rostro y no pude hacer otra cosa mas que mirar sus labios.
—¿Erick?—su voz se entre cortó. ¿Estaba tan nervioso como yo.
—S-Si—apenas pude tartamudear. Sin apartar mis ojos de sus mullidos y rojos labios entreabiertos.
¿Que se sentiría besarlos?Cerró los ojos y su respiración se aceleró. Justo como la mía, y mi corazón comenzó a latir a un ritmo doloroso. Cerré los ojos y sentí su nariz rozar mi mejilla. Era tan abrumadora la forma en la que se acercaba a mi. Cualquier pensamiento racional que intentará tener en ese momento era irrelevante cuando se acercaba a mi de aquella manera.
Sus manos se colocaron en la base de mi cuello y sentí sus labios rozar mi mandíbula.Mi pulso, ya acelerado, comenzó a palpitar por todo mi cuerpo y el temblor de mis manos se acrecentó.
Dejó una estela de besos desde mejilla hasta el punto donde mi mandíbula de unía con mi cuello y mi cuerpo respondió de tal forma que me aferré a el enredando mis manos en su cintura.Se aparto de mi un segundo.
El tiempo suficiente como para que pudiera articular dos palabras.—P-Por favor— tartamudeé en tono de súplica. Ni siquiera yo mismo sabía que estaba pidiéndole; solo sabía que lo necesitaba.
Unió su frente a la mía y abrí los ojos para encontrarme con su gesto de contrariedad. Sus manos se posaron a ambos lados de mi rostro uniendonos con urgencia. Parecía tener una lucha interna con sus pensamientos.
—Tengo miedo de besarte y que desaparezcas— murmuró en voz baja mientras cerraba los ojos con intensidad.
En ese momento lo supe.
Moría por sentir los labios de Joel sobre los mios y me dolía. Me dolía todo el cuerpo en la espera de su beso. Jamas me había dolido tanto la espera por un roce de unos labios.Cerré los ojos y esperé.
Sus labios rozaron los mios tímidamente y se separó esperando por mi reacción; entonces, enrede mis manos en su cuello, presionando con mis dedos la base de este. Tirando de el hacia mi.Y entonces, sucedió. Nuestros labios se unieron en un tímido beso. La calidez de sus labios era mas increíble de lo que había imaginado; un escalofrío me recorrió la espina dorsal cuando su lengua busco tímidamente la mía.
Nuestro beso se profundizó a medida que nuestros labios danzaban. Todo el mundo desapareció mientras su lengua exploraba tímidamente mi boca. El sabor de su beso no sabia a nada con lo que pudiera compararle, pero tan maravilloso que mi cuerpo me gritaba que debía aferrarme a el y nunca mas soltarlo.Sus manos se deslizaron por mi espalda hasta enredarse con mi cintura atrayéndome con fuerza hacia el.
Un gemido en apreciación salio de su boca cuando nuestro beso se volvió mas urgente.

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Blindly »joerick
Fanfiction❝ Mereces algo mejor que un maldito ciego.❞ • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Historia original de Sam Leon.