Cuando llegue a mi casa lo primero que hice fue encerrarme en mi habitación. No sabía que pensar, ¿Que era mentira y que era verdad? ¿Que necesidad tenia Clarisse de mentir?, Joel me había dicho que no había sido una buena persona en el pasado pero, ¿Seria tal como Clarisse lo había dicho?, ¿Queria estar con un chico así?, ¿Habia ido a buscarla?, ¿La habría besado?
Mi cabeza estaba hecha una maraña extraña de pensamientos y mi corazón era una revolución de sentimientos encontrados. Sabía que no iba a solucionar nada si no lo hablaba con Joel, pero por ahora necesitaba un espacio para pensar. Para poner en orden mis sentimientos.
—¿Erick?—la voz de mi madre irrumpiendo en mi habitación me saco de mis tortuosos pensamientos y la miré al pie de la habitación.
—¿Qué sucede?—pregunté levantándome de la cama.
Ella se mordió el labio inferior. Parecía debatirse algo internamente.
—Joel ha llamado para avisar que vendrá. Me dijo que no te dijera nada, pero no puedo evitar sentir que algo no va bien, ¿Esta bien que venga?, puedo llamarle y decirle que no estas.
Yo me tensé por completo. Los ojos se me llenaron de lágrimas. No esta listo para enfrentarlo; no aún.
—No. No debió invitarse a venir así. Tengo que salir a la biblioteca. —mentí.
Sin decir una sola palabra salí de mi habitación después de tomar mi billetera y besar de la mejilla de mi madre. Bajé las escaleras precipitadamente. No quería verlo. No iba a verlo, no hoy. Abrí la puerta principal y la cerré detrás de mi.
Tan pronto como mis pies tocaron la calle comencé a correr.
Sentí un nudo en mi garganta formarse, y esta vez, deje las lágrimas correr libres por mis mejillas.
¿Que creer?, ¿Quien mentía?Corrí hasta que las piernas me dolían, las manos me escocían y la vista se me nublaba por las lágrimas. La garganta me ardía por el aire helado entrando a mis pulmones. Cuando no pide correr más caminé. Camine hasta que todos los músculos del cuerpo me dolieron y entonces, cuando el cansancio era tanto que no podía sentir, decidí que era tiempo de volver.
No podía reconocer las calles por las que andaba, pero no me preocuparía por eso ahora. Tomaría un taxi si era necesario.
Camine hasta la primera avenida que encontré y tome un taxi de vuelta a casa.
Esperaba que Joel se hubiera dado por vencido. No quería verlo, necesitaba una ducha y dormir. Mire el reloj. Eran casi las nueve de la noche. Probablemente Joel ya se habría marchado.Estaba sudado, la ropa se me pegaba a la piel de forma incomoda y mi cabello se pegaba a mi frente. Los ojos se me cerraban por el cansancio y tenia mucha hambre. Solo tenia un burrito y un helado en el estómago; y para estas horas, necesitaba alimentarme.
Cuando entre por la puerta principal, el olor a comida hizo que el estómago se me retorciera y gemí por el hambre que sentía.
—¡Regresé!—anuncié.
Mi madre no me respondió así que me dirigí hacia la cocina. Me congelé al instante cuando vi a Joel sentado en una silla del comedor.
—Joel decidió esperarte y me dio la receta de un estofado que hace Patricia.—dijo mi madre mientras me servía un platon con un liquido espeso que me hizo agua la boca cuando lo vi. Tenia unas verduras nadando y trozos de pollo. Olía espectacular.—Le llevaré esto a tu padre.
Mi madre salio de la cocina y mi vista se dirigió a Joel, pero no dije nada.
Tome dos tazones de la alacena y serví dos porciones de comida. No iba a comenzar una discusión sin antes haber comido algo. Me ponía de un humor horrible cuando no comía.Acerque un tazón y una cuchara hacia Joel. Me senté frente a el comencé a comer evitando mirarlo. Joel no tocó para nada la comida.
—Es de mala educación despreciar la comida.—murmuré.
Las comisuras de los labios de Joel se alzaron en una sombra de sonrisa y no pude evitar sentir comí el corazón me daba un vuelco.
Amaba su sonrisa.—¿Qué puede ser tan malo para huyas de mi todo el día?—preguntó sin rodeos.
Me atragante con el bocado que tenía en la boca y comencé a toser con fuerza. En lugar de preocuparse o ayudarme comenzó a reír. ¿Se estaba burlando de mi?, comencé a enojarme.
Cuando por fin me tranquilice, me levante y tome un vaso de agua.
—No estoy huyendo—dije después de tomar un largo trago de agua.
Joel recargo su pesos sobre los brazos cruzados sobre la mesa. Hizo una inclinación de cabeza hacia donde se suponía que creía que estaba mi comida y dijo.—Come.
Masculle una maldición antes de sentarme y seguir comiendo.
Si no hubiera estado tan delicioso el estofado, me habría ido a dormir al ver a Joel.
Cuando terminé mi plato, me acerco el suyo con la mano y yo alce la vista para mirarlo. Estaba reprimiendo una sonrisa.Tome el plato y comencé a comer la porción que el no había tocado.
—Si me lo hubieran contado, jamas lo habría creído. Sabes alimentarte.—dijo en tono divertido.
No estaba de humor para bromas. Termine de comer y lleve ambos platos a la pileta para lavarlos.
—¿Vas a seguir evitándome?—dijo a mis espaldas.
Seque mis manos y dije.—No te evito. Tengo tarea.
—¿Ah, si?, ¿Entonces porque no me has besado?—inquirió. ¿Era mi imaginación o sonaba dolido.
Me gire pata mirarlo.—Estaba mi mamá aquí.—mentí.
Fruncio el ceño y pude ver como su mandíbula se tensaba. Estaba enojado. Comenzaba a conocer bien sus reacciones.
—¿Cuandl planeas decirme que demonios te dijo Clarisse?, ¿Por qué tenia que decírmelo tu mejor amigo?, ¿Tan poca confianza me tienes, Erick?—espetó.
Mi corazón se había saltado varios latidos. Yoandri le había dicho que nos topamos con Clarisse. Debí haber previsto que Joel era un chico muy persuasivo y seguramente había acosado a Yoandri hasta que le dijera lo que sabía.
—¿Que pasa?, ¿Te comieron la lengua los ratones?—dijo con desdén.
Maldición, estaba realmente molesto.
—Ahora no quiero hablar. Ni mirarte.—susurré.
Los ojos se me llenaron de lágrimas al instante. El dolor de mi cuerpo no era suficiente como para no llorar ahora.
—¿Que mierda te dijo?—gruñó.
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Blindly »joerick
Fanfiction❝ Mereces algo mejor que un maldito ciego.❞ • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Historia original de Sam Leon.