Blindly »joerick

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Un pequeño gemido salio de mis labios mientras sentía el toque de su pulgar sobre mi pezón.
Todo era tan abrumador y absolutamente extraño.
Era nuevo, diferente, fascinante.

Joel apartó sus labios de los mios. Ahogué un gemido cuando sus dedos apretujaron mi pezón. El corazón comenzó a latir me frenéticamente mientras veía sus labios entreabiertos e hinchados por los beoss urgentes que nos dábamos.

---¡Oh, por Jesús!---gimio en voz baja mientras cerraba los ojos con fuerza.

Cerre los ojos al sentir su pulgar rozándome suavemente y enrede mis manos en su cuello para jalarlo hacia mi y besarlo una vez mas.

Aparto su rostro del mio. Nuestras frentes se tocaban y subio el material de mi polera mientras sentía el rubor instarse en mis mejillas.

---J-Joe...---dije casi en un sollozo.

El desperdigó besos en mis mejillas, mis parpados, mi nariz, mi frente, mi barbilla, mi mandibula, mi cuello, mi clavicula. Mi respiración era pesada y de pronto, tenia mucho calor. El peso de su cuerpo era extraño, pero agradable. Su mano no había abandonado su caricia sobre la piel sensible de mi pezón, y cuando deslizó su otra mano para colocarla sobre mi otro pezón solté un gemido de sorpresa.
Pude ver una sonrisa divertida en su rostro mientras bajaba de mi clavícula.

—¿J-Joel?—dudé al ver a donde se dirigían sus labios.

Mi playera estaba alzada, por arriba de mis pezones, así que viajó hasta mi pezón descubierto y un jadeo se apoderó de mis labios, cuando los suyos se cerraron en mi piel sensible. Cerré los ojos con fuerza mientras mordía mi labio inferior para no gemir. Su lengua exploraba suavemente mientras sentía la húmedad recorriendo mi piel, me arqueé solo un poco por instinto y Joel deslizo su mano por detrás de mi espalda mientras me sostenía cerca. Cuando su boca abandonó mi pezón su aliento me hizo cosquillas.

—No sabes cuanto daría por poder verte en este momento.—dijo.

Pude escuchar el dolor en su voz y yo quería aliviarlo.

—S-Sienteme.— tartamudeé con inseguridad.

Joel gruñó mientras sus labios se posaban sobre los míos y sus manos me acariciaban los pezones, la espalda, la piel de mi estómago.
No había sucedido nada mas.
Simplemente me había llenado de caricias de la cintura para arriba.
Sus labios hinchados abandonaron los mios y yo besé su cuello como el lo había hecho con el mío.
Un sonido ronco salió de su garganta sobresaltandome un poco. Luego comprendí que le había gustado y volví a repetirlo.

—T-Te quiero, Erick.—murmuró mientras escondía si cara entre el hueco de mi cuello y masajeaba la piel sensible de mis pezones con cariño.

—T-Te quiero.—respondí en un resuello.

No había podido dormir.
Lo único que había podido hacer era recordar las manos de Joel sobre mi cuerpo.
Sus labios rojos y mullidos besándome sin parar durante casi una hora. Habíamos tenido que parar cuando escuchamos la puerta del dormitorio de mis padres abrirse.

Estaba seguro que no ocurriría nada mas, pero de cualquier manera no pude evitar el rubor de mis mejillas cuando ellos se sentaron en el sillón junto a nosotros a charlar.

Joel no había soltado mi mano para nada y acariciaba con su pulgar el dorso enviando descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Aun estaba tan aturdido por aquel contacto que habíamos tenido que me volvía loco sentirlos así.
El había querido pasar por mi a la universidad y lo hubiera hecho si no hubiera quedado de salir con Yoyo esa tarde.

Ahora me encontraba recorriendo tiendas mientras charlabamos. El e Ivan lo habían hecho exclusivo y ahora eran oficialmente novios. Estaba feliz por el, se veía que el realmente le gustaba  y estaba consciente que sus antiguos novios habían sido unos completos idiotas.
Ivan parecía ser un buen chico así que no podía hacer mas feliz.

—¿Que ha pasado de nuevo con Joel?, ¿Arreglaron lo que paso en la discoteca?—preguntó mientras salíamos de un local de ropa.

Yo comí un poco del helado que acababa de comprar antes de responder.—Si. Durmió en casa.

Yoandri se detuvo en seco y me miro con los ojos muy abiertos.
—¡Erick Colón!, ¡No me digas que Joel y tu...!

—¡No!, ¡Dios, no!—lo interrumpí antes de que terminará.—, ¿Por quien me tomas?, ¡No!, Solo durmió en casa. Me abrazó toda la noche y estuvimos charlando mucho, pero no pasó nada.

Vi el alivio en el rostro de  Yoandri y tras un silencio cómodo me dijo.—Erick, ¿Te puedo dar un consejo?
Lo miré atentamente sin responder y el continuó.—Si vas a hacer algo con alguien. Ya sea Joel u otra persona; hazlo enamorado. No sabes como me arrepiento yo de no haber estado enamorado cuando sucedió con Chris. Habría sido increíble, estoy seguro..., No cometas el mismo error.

Recordé mi tarde anterior y me ruboricé. Joel no se aprovecharía de mi nunca, estaba seguro. Y sabía que si yo lo hubiera detenido, el habría parado. El comprendería que yo necesitaba estar listo pata dar ese paso; no me quedaba duda de ello.

—Esta bien.—dije tímidamente. Rogaba al cielo que no me volteara a ver o notaría el rubor en mis mejillas y comenzaría el interrogatorio.

—¡Oh, dios mío!, ¡No mires, Erick!, ¡No mires!—dijo Yoyo exaltado.

Dirigí mi vista hacia la figura que caminaba directo hacia nosotros y el corazón me dio un vuelco.
Era ella... La chica que había besado en la discoteca a Joel se encontraba dirigiéndose a nosotros.
¡Maldita sea!, ¿Qué quería?

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