-Gracias- dijo con los labios pegados al dorso de mi mano.
Mi corazón se desbocó una vez mas. Retire mi mano de sus contacto algo nervioso. Patricia nos miro de hito a hito, primero a Joel y después a mi. Me aclare la garganta dispuesto a hablar.
- Ahora, voy a necesitarte Patricia.
Ella alzo las cejas con sorpresa mientras Joel fruncía él ceño.
-Te voy a enseñar a ver él rostro de una persona con tus manos.
Joel apretó él bastón ansiosamente, mientras yo lo ayudaba a sentarse al pie de la cama.
Me retire un zapato, y lo deje en él lugar donde había quitado él banquillo del escritorio. Solo para recordar él lugar exacto y volver a acomodarlo allí.
Patricia soltó una risita divertida y me ruboricé lentamente. Coloque él banquillo dejándolo frente a Patricia.
-Sientante por favor Patricia- dije mirándola.
Ella se sentó frente a su hijo, quedando cara a cara.
Me pare junto a ellos y hable.
-Joel, vas a recorrer su rostro con tus manos, y me vas a describir sus facciones. ¿Crees que puedas hacerlo?- fruncio él ceño.
-Pero no serviría de nada porque conozco él rostro de mi madre.
Hice una mueca, tenia razón, tenia que ser con alguien a quien no conociera.
-¿Porque no tomas mi lugar Erick?- sugirió Patricia.
Abrí los ojos como plato de la sorpresa y titubeé. Patricia se levanto del banquillo e hizo que me sentar sin que tuviera tiempo de protestar.
-Joel puede hacerlo contigo y describirte hacia mi. Yo le diré si es correcta la descripción que me de- dijo Patricia parándose justo donde yo me encontraba.
Me desvene él cerebro intentando encontrar una buena excusa; un buen motivo para no ser yo él que tuviera que estar tan cerca de aquél chico tan extraño, pero no lo encontré.
–Mire a Joel y respondí en voz baja.–Esta bien.
Él elevó ambas manos con lentitud, colocándolas sobre mis mejillas con delicadeza. Él simple toque hizo que la piel se me pusiera de gallina. Sus manos eran grandes y cálidas. Sentí mi corazón acelerarse y cerré los ojos con fuerza intentando tranquilizarme. Deslizo su mano derecha por mi mejilla hacia abajo y su meñique me acaricio aquel punto en él que la mandíbula se une con él cuello.
Me estremecí por completo, y apreté los puños intentando no jadear. Deslizo su mano hacia arriba y rozó mi oreja. Posicionó su mano en mi nuca, su pulgar me rozaba un costado del rostro, y él resto de su mano en mi cuello. Me sostuvo con firmeza mientras con la otra mano, examinaba mi rostro. Contuve la respiración mientras las yemas de sus dedos bordearon mis labios, mi nariz, mis pómulos, mi mandíbula, mi frente. Sonrió al tener que alejar un par de mechones de cabello rebeldes de mi frente y siguió su recorrido por mi sien.
Sentí sus dedos cerca de mis ojos, y los cerré. Segundos después, los sentí sobre mis párpados los cuales yacían cerrados.–Sus ojos son grandes– comenzó a hablar con la voz mas ronca de lo normal–, tiene pestañas largas, nariz ni tan grande ni muy pequeña, es perfecta, labios gruesos y suaves, pómulos marcados y mandíbula fina.
–Patricia abrió los ojos con sorpresa– Asi es –dijo.
Joel sonrió.
Su mano se deslizo fuera de mi nuca. Su toque había sido eliminado y logre respirar con naturalidad otra vez. Joel parecía satisfecho consigo mismo.
Él resto de la tarde, la pasamos dándole objetos, sin decirle que eran, para que él, con él tacto lo descubriera. Se frustraba con mucha facilidad al no reconocer los objetos en él primer intento, pero tras varias rabietas, comenzó a acertar con rapidez.
Eran casi las nueve de la noche, cuando decidí dejarlo por ese día.
–Terminamos por hoy– anuncie con una sonrisa, agotado.
Observé él reloj y recordé mi tarea de química. No iba a dormir esta noche.
–¿Vendras mañana?– pregunto Joel poniéndose de pie, aferrándose al bastón blanco.
–Si, pero sera mas tarde, ¿esta bien?.
–Bien– respondió con una sonrisa y apreté su mano.
–Descansa.
–Gracias– susurró con una sonrisa tímida.
Sonreí de nuevo, y baje las escaleras con rapidez.
Al pie de la puerta, se encontraba Patricia esperándome.
–Muchas gracias Erick– hablo mientras tomaba mi mano.
–No hay de qué– dije regresando él gesto.
Vi que intento sacar un par de billetes de su billetera, y abrí los ojos como plato.
–Toma– extendió su mano – No es mucho, pero...
–¡No, no y no!– exclame alzando las manos a la altura de mis hombros– No puedo aceptarlo.
–¿Como no vas a aceptarlo?– extendió nuevamente su mano.
–No, Patricia. Lo hago con mucho gusto, de verdad– dije negando con la cabeza.
–Pero...
–Sin ningún “pero”. Lo hago porque me nace hacerlo. Patricia sin decir una sola palabra, se lanzo sobre mis brazos tomándome por sorpresa.
–¡Gracias Erick!, ¡Muchas gracias!– sollozó.
Un nudo se formo en mi garganta, mientras correspondía su abrazo. Patricia era una mujer que amaba a su hijo, mas que a nada en este mundo y podía notarlo. Era la clase de mujer que daría todo por su hijo.
Tome él autobús rumbo a mi casa, y aquella noche, fue la primer noche que soñé con sus hermosos ojos cafés. Fue la primer vez que soñé con Joel.

ESTÁS LEYENDO
Blindly »joerick
Fanfiction❝ Mereces algo mejor que un maldito ciego.❞ • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Historia original de Sam Leon.