Blindly »joerick

23

Maratón 1/5:)

El camino a casa fue particularmente lento y silencioso.
Joel tenia la mirada fija en la nada pero su atención claramente no estaba ahí.
Estaba perdido en sus propios pensamientos y yo estaba sumergido en mi propia culpa y remordimiento.
Ivan aparcó a fuera de mi casa y todos nos quedamos en silencio.
Era inútil aplazarlo mas. No quería irme peleado con el, pero no tenia fuerzas para hablar.

—G-Gracias, por traerme, Ivan. —tartamudeé.

El me miro por el espejo retrovisor y forzó una sonrisa.
Era evidente que estaba molesto por lo que había sucedido.

—Descansa, Erick.—dijo Yoandri girándose sobre el asiento para guiñarme un ojo.—Te llamo mañana para ir a desayunar.

Sonreí ante el gesto casual de mi mejor amigo y abrí la puerta del jeep para salir. Camine hasta el umbral y escuche el motor del auto encenderse. Cuando me gire para agitar mi mano y despedirme de ellos, me quede paralizado.
Joel estaba a unos pocos pasos de mi, ¿Acaso no pensaba ir a casa?, ¿Querría hablar?, ¡Oh, dios mío!, ¡Yo no estaba listo para hablar!

—Tenemos que hablar —dijo con su voz ronca y potente.

Mi corazón se detuvo un segundo y lo miré.
Parecía cansado, triste, decepcionado, furioso...
—C-Claro—tartamudeé.

El caminó hacia mi lentamente y yo guarde mis llaves dentro de mi bolsillo trasero mientras esperaba la pelea del siglo. Sin duda, esto iba a terminar antes de empezar realmente.
Nos quedamos en silencio unos minutos mientras yo intentaba procesar lo ocurrido esta noche.

—¿Me puedes explicar que demonios sucedió? —pregunta Joel con desdén impreso en la voz.

¿Estaba enojado?, el lo había iniciado todo y, ¿Estaba enojado?

—No hice absolutamente nada malo, Joel.—comencé —No es como si lo hubiera besado...

—¡Me quité!, ¡Me retiré!—me interrumpió Joel casi gritando.

—¡¿Despues de cuanto tiempo?!—espete enfurecido—¡¿Despues de recordar el sabor de sus besos?!, ¡No soy estúpido, Joel!, ¡No te apartaste inmediatamente!

—¡Me tomó por sorpresa!, ¡Me tomó por sorpresa y no reaccioné de inmediato!, ¡Lo lamento!, ¡Lo siento!—gritó el desesperado mientras hacia ademanes con las manos.—¡Pero de cualquier manera, huiste a los brazos del primer idiota que de te puso enfrente!

Esto era el colmo. El completo y maldito colmo.

—¡No huí a los brazos de nadie, Joel!, ¡Maldita sea!, ¡Me invitó a bailar!, ¡¿Qué tenía eso de malo?!—grité.

Estaba consciente de que podría despertar a todo mundo si siguiéramos gritando pero no me importó.

—¡Eres mi novio!—me soltó endurecido—, ¡No tenias porque ir bailando con cualquier idiota!

—¡Pues ya no se si quiero ser tu novio!—espete. Inmediatamente me lleve ambas manos a la boca. Claro que quería ser su novio, pero están lo suficientemente molesto como para gritar cosas que no sentía realmente.

Pude ver como se tensaba con mi comentario. Su expresión era dolida y se acercó a mi lentamente.
Sus manos se posaron sobre mis caderas y me tiró bruscamente hacia el. Puse mis manos en su pecho para poner distancia entre nosotros, pero era muy fuerte.

—¿De verdad ya no quieres ser mi novio?—preguntó.

Su aliento me golpeaba el rostro haciéndome difícil respirar y pensar con claridad.
No pude responder.
Sus labios se presionaron contra los mios con brusquedad mientras inclinaba mi cabeza dándole un acceso mas profundo a mi boca.
Su lengua acarició la mía enviando descargas por todo mi cuerpo y me odié por no poder resistirme a el.
Se separó de mi y pude ver un brillo oscuro en sus ojos.

—Tus besos son los únicos que me vuelven loco, Erick. No los de Clarisse; Los tuyos—recalcó—. No quiero probar otros labios. No quiero otro sabor en mi boca, no quiero otro aliento mezclándose con el mío; solo te quiero a ti entre mis brazos.

Mis piernas flaquearon ante la intensidad de sus palabras y el me sostuvo con fuerza mientras volvía a besarme. Me aparté de el y con angustia y desesperación comencé a murmurar— Si quiero estar contigo, disculpame, fui muy estúpido, perdoname, por favor, yo...

El volvió a besarme mientras sus manos se deslizaban de mis caderas a mi espalda. Sus ambos bajaron un poco mas y se quedaron en la curva donde comenzaba mi trasero.
Si toque encendió algo dentro de mi y jadeé contra sus labios.

—Sera mejor que me vaya—murmuró con la voz enroquecida contra mis labios.

—No—dije—. No te vayas.

Sus labios apremiaron los mios con otro beso profundo mientras yo rebuscaba a tientas las llaves en mi bolsillo.
Cuando las encontré, lo tome de la muñeca y tiré de el hacia adentro de la casa.
Subimos lo mas silenciosamente a mi habitación, y una vez ahí, cerré la puerta con cautela.

Cuando me volví hacia Joel parecía nervioso, asustado, ansioso.
Enrede mis brazos en su cuello y lo besé una vez mas mientras tiraba de el hasta que mi espalda chocó contra la pared.
Joel me levantó del suelo con sus poderosos brazos y enrede mis piernas alrededor de su cintura.
Sus manos se deslizaron por mis piernas hasta llegar a mi cintura, levantando mi camiseta y sentí un jadeo atorado en mi garganta.

Sus manos eran cálidas, firmes, suaves.
Todo estaba sucediendo demasiado rápido y jadeé nervioso.—J-Joel.

El se separó de mi un segundo.
Nuestra respiración era agitada.
—¿M-Muy rápido? —tartamudeó.

Comencé a negar con la cabeza mientras decía. —N-Nunca he estado con nadie.

Su ceño se frunció confundido y luego, una expresión de entendimiento paso por su rostro.—¿N-Nunca has...?

—N-No—lo interrumpí ruborizándome.

Joel deslizó sus manos fuera de mi camisa y presionó sus labios suavemente contra los míos.

—Tranquilo. No pasará —dijo intentando tranquilizarme.

Yo me mordí el labio inferior y dije.—B-Besame.

El negó con la cabeza. —Si te besó no podré detenerme.

Reí un poco.—Confío en ti...

Su mirada lucía aterrada.—¿C-Confías en mi?— tartamudeó.

—Mas que en nadie.

Algo se encendió dentro de el.
Algo que me llenó el pecho de una seguridad impresionante.
En ese momento supe que Joel Pimentel jamás me haría daño.