3

6.8K 806 248
                                        

-No vuelvas a hacer eso- siseó. Su aliento me rozaba él rostro y un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo.

Él corazón me latía con fuerza contra él pecho, y una extraña sensación de vacío en en estomago me invadió. Aflojé mi agarre tambaleandome un poco al incorporarme pero no aparte la vista de su rostro.

-¿D-Dejarás que te ayude?- tartamudeé intentando sonar tranquilo.

Joel tenia la la mirada fija en un punto perdido, pero percibía su atención hacia mi.

-Si dejo que me...- aclaro su garganta- “ayudes”, ¿me dejaras en paz?.

No pude evitar sonreír.

-Prometo intentar no ser tan irritante.

Las comisuras de sus labios se elevaron y pude observar un par de hoyuelos dibujarse en sus mejillas.

-Suena tentador- paso una mano por su barbilla pensativo. Reprimí una sonrisa a pesar de saber que no podía verme.- Si no puedes ayudarme, ¿dejaras de molestarme?.

-frunci él entrecejo- ¿Porque no habría de poder ayudarte?, No me subestimes- fanfarroneé.

Una sonrisa sincera se extendió por su rostro, él tipo de sonrisa que le robaría él aliento a cualquiera; fresca, sincera, joven. Sus hoyuelos le daban un aspecto infantil, sus dientes perfectamente alineados y sus labios gruesos y rosados, le hacían una sonrisa irresistible.

Sonreí como bobo por un segundo, hipnotizado por él, pero después recordé que debía seguir firme. Estaba tan cerca de conseguir que se dejase ayudar.

-¿Entonces?- pregunte mordiendo mi labio inferior en un gesto nervioso.

-Sacudió la cabeza sin dejar de sonreír- Esta bien.

Abrí los ojos con asombro, girándome para mirar a Patricia, quien tenia lágrimas en los ojos y una radiante sonrisa dibujada en él rostro.

-Pero mañana- continuó- por hoy he tenido suficiente de ti.

-reí volviéndome hacia él- Debes acostumbrarte, soy muy persistente.

-Creo que lo noté.

-Entonces te dejo- hable caminando hacia la puerta.

-Erick...-su voz ronca, hizo que me detuviera en la puerta.

-¿Si?...- respondí mientras me giraba para observarlo.

-Hasta mañana- me dedico su sonrisa encantadora, y me quede idiotizado mirándole.

-Hasta mañana...-musité.

Salí de la casa de los De Leon a toda velocidad, intentando comprender lo su acababa de pasar. Todo había salido completamente diferente a lo que había planeado, siendo lo treinta minutos mas extraños e interesantes de mi semana. Estaba tan aturdido que no logre concentrarme en la tarea, decidí dejarlo por la paz; ya mañana se la pediría a alguien.

-¿Te encuentras bien?- preguntó mamá mientras cerrábamos él local de la tienda.

-sonreí- Si mamá.

-¿Que tal te fue con él hijo de Patricia?.

-suspire- Extraño...-admití- No es un niño como lo pensaba, tiene mi edad.

-Ya veo...- sonrió.

-¿En que piensas?- inquirí entrecerrando los ojos.

Era él tipo de sonrisa que mi madre utilizaba cuando planeaba algo.

-En él destino- dijo sin mas. Bufé rodando los ojos al cielo.

-Me voy a la cama- anuncié.

-Descansa amor.

Blindly »joerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora